«Cortina de abrazos». Pasaron más de cien días desde que María Paula Moraes abrazó por última vez a su padre; que vive en una residencia de ancianos en la ciudad brasileña de Sao Paulo.
Ayer jueves 2 de julio, pese al avance de la pandemia del covid-19 en Brasil; pudieron acercarse de nuevo a través de una «cortina de abrazos».
«Fue un mimo para el corazón» y «lo estábamos necesitando», relató la mujer, quien reconoció que estaba «muy ansiosa» de camino a la residencia de ancianos Anni Azurri Vida e Lar para Idosos; localizada en la zona sus de la capital paulista, donde vive su padre, Wanderley, de 82 años.
«Cortina de abrazos»…
Este es ya el séptimo asilo de la ciudad que vio en la «cortina de abrazos»; una alternativa válida para amenizar las medidas de distanciamiento social, que recomiendan evitar cualquier contacto físico con la población más envejecida por su vulnerabilidad ante el nuevo coronavirus.
Con esta iniciativa, visitantes y ancianos, protegidos con guantes, introducen sus brazos en los grandes bolsillos de plástico de la «cortina»; que reiteradamente es desinfectada por las enfermeras de la residencia. Y, así, vuelven a abrazarse.
Permite sentir el cuerpo
«El plástico tiene una espesura que permite sentir el cuerpo en su integridad, esto genera neurotransmisores y hormonas que producen un bienestar maravilloso»; dijo la terapeuta ocupacional Mayara Martins, de 32 años.
Esta acción, aparentemente simple, va más allá de ofrecer un cambio «clínico» a los ancianos; también les ayuda «emocionalmente» a «sobrevivir este período de pandemia», cuando es «muy común tener alteraciones de comportamiento».
«No estamos consiguiendo ver cuánto tiempo esto va a durar, puede ser que dure muchos meses»; por lo que «es necesario pensar en nuevas estrategias para que estas personas consigan sobrevivir a todo esto», aseveró Martins.
Bruno Zani y su proyecto
Justamente fue esta necesidad la que llevó al emprendedor de este proyecto, Bruno Zani; a idear e instalar voluntariamente la «cortina de abrazos» en varias residencias de ancianos de Sao Paulo.
Antes de la llegada del coronavirus, Zani se dedicaba a decorar fiestas y, cuando éstas acababan, daba las flores que «sobraban» a los asilos de la ciudad.
Pero con la pandemia, las celebraciones fueron suspendidas y «ya no tenía más las flores para hacer donaciones».
«Quedé preocupado y entonces me vino la idea de promover otro tipo de cariño a los ancianos», dijo.
«Me asocié con terapeutas, conversé con geriatras, médicos y psicólogos para materializar la idea de la cortina de abrazos»; detalló.
Absolutamente segura
Zani explicó que la estructura de este invento es «absolutamente segura en términos de resistencia» e «higienización»; teniendo en cuenta que las personas de avanzada edad son más «frágiles y vulnerables» ante el patógeno.
Para su sorpresa, aseguró, la recepción, tanto de las instituciones como de sus residentes y familiares fue «inmensa»; porque el proyecto trajo «esperanza» en un momento en que Brasil «está liderando todas las noticias negativas».
#EFETV | Una cortina permite a las familias volver a abrazar ancianos en asilo de Sao Paulo. #coronavirus https://t.co/LOx8D6wfsP pic.twitter.com/tdggzKWBSh
— EFE Noticias (@EFEnoticias) July 2, 2020
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