La leyenda de Héctor Lavoe sigue vigente hoy más que nunca y sonando como si sus canciones tuvieran poco tiempo de salir al mercado. Un 29 de junio de 1993 el mítico cantante de salsa murió luego de batallar contra muchas cosas.
Las drogas, el VIH, además de un derrame cerebral opacaron a aquella estrella que le dio identidad a un género. Para muchos la salsa no hubiese sido salsa sin uno de los pilares que era el gran Héctor Juan Pérez Martínez.
Una vida atribulada, la cual a pesar de todo lo hacía feliz, era el consentido de toda aquella constelación de estrellas llamada Fania. Era el coro perfecto en las canciones de Celia Cruz y Cheo Feliciano.
Willie Colón le dio brillo a aquel cantante y lo estaba puliendo pese a la vida que llevaba. El cantante era el más solicitado, pero este llegaba tarde a los conciertos; y desde allí Colón decidió dejarlo solo.
La leyenda de Héctor Lavoe
El abuso de las drogas, como el alcohol llevaron al salsero y bolerista al despeñadero. Una vez hasta intento quitarse la vida al lanzarse de un edificio pero quedó con vida; pero su luz de vida se iba apagando lentamente.
En 1993 y luego de hacer presentaciones donde se le veía muy deteriorado falleció un día como hoy. Desde allí sigue sonando, para muchos es una persona milagrosa; los cantantes de salsa lo veneran y le guardan fe.
Nadie ha podido imitarlo pese a los intentos, el cantante y su popularidad crecieron y pasar incluso un símbolo cultural. Para muchos, su nombre es sinónimo de salsa, baile y de muchas fiestas. En todas las salsotecas del mundo se ve su rostro y se escuchan sus canciones.
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