viernes, abril 19, 2024
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En Paraguaná reciben con alabanzas a pescadores desaparecidos

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IOTA Latino
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Entre regocijos y alabanzas a Dios fueron recibidos los cinco pescadores desaparecidos, desde el pasado 21 de octubre, tras salir a una faena de pesca en la Península de Paraguaná.

A pesar de la oscuridad reinante por la falta del alumbrado público, los pobladores del pueblo El Supí, en Falcón, recibieron con júbilo a los pescadores que llegaron en la parte trasera de una camioneta descapotada.

Una travesía que comenzó por mar terminó con una final feliz por tierra, pues los pescadores desaparecidos fueron recibidos en Paraguaná; después de haberse perdido en el océano.

El pasado 27 de octubre, los familiares recibieron una llamada del capitán de la embarcación, y Juan Ramírez, quien notificó que “Estamos vivos, estamos vivos, llama a todos en El Supí”. De hecho, la noticia corrió como pólvora entre todas las casas, y como fieles creyentes de la palabra de Dios, comenzaron a hacer bailes y cantos de alabanzas.

Después de un día, los pescadores Gerswhin Gutiérrez (45), Owverd Gutiérrez (51), Francisco Romero (60), Eduardo Zavala y Juan Ramírez (62), viajaron desde Maicao, Colombia hasta la Península de Paraguaná en el occidente de Venezuela.

Sin pensarlo, los náufragos el peñero «Chellita» se lanzaron del vehículo para abrazar a la multitud de familiares que los esperaba.

Pescadores desaparecidos recibidos en Paraguaná - Pescadores desaparecidos recibidos en Paraguaná

Un milagro en alta mar

En años anteriores, los pescadores viajaban a las islas Aruba y Curazao para comercializar frutas y verduras; pero con el cierre de frontera, les tocó dedicarse a la pesca. No es un buen negocio, sin embargo les brinda lo necesario para sobrevivir.

Uno de sus tantos viajes, fueron reportados como desaparecidos por sus familiares en el peñero «Chellita».

Por una semana, los pescadores tuvieron a la deriva en el inmenso mar; hasta que fueron vistos por un grupo de pescadores colombianos.

El percance fue porque el motor del peñero se dañó; por ende no podía ser reparado en el agua. Sin embargo, la embarcación pudo mantenerse a flote mar adentro y durante casi una semana.

Durante su travesía, contaron a sus familiares que improvisaron unas velas con sábanas para no perder el Sur. Aunque, las peores noches fueron con tormentas, la embarcación se balanceaba de un lugar a otro y las olas eran inmensas; solo se refugiaban en la palabra de Dios y se echaban a dormir, reseñó El Pitazo.

Solo tenían un paquete de harina y seis huevos; ya para los últimos días, les tocó comer las serpientes que llevaban como carnada y que ya estaban descompuestas.

También, añadieron a sus allegados que Dios nunca los abandonó, porque pese a que el motor no pudo encender; contaron con los pescadores colombianos que les dieron ropa, zapato, comida y hasta alojo.

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SourceEl Pitazo
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