sábado, abril 20, 2024
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Las misteriosas vacunas del Doctor Orwell

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El Doctor Orwell trabajaba afanosamente en su laboratorio, la eterna juventud era su obsesión. Buscaba crear una vacuna que le diera lo que gente más buscaba como lo era ser joven para siempre.

Desde mucho antes de graduarse como científico y médico los profesores temían por sus inventos. Tenía listo un laboratorio antes de graduarse para dar rienda suelta a sus experimentos para buscar ser jóvenes para siempre.

“Si logro dar con ese invento seré el médico más rico del mundo y todo el mundo se rendirá a mis pies”, decía el científico, soltando una risa macabra en medio de la madrugada. Los vecinos del doctor se asombraban de ver mucha gente buscándolo.

Preparaba jarabes contra dolencias del cuerpo, hecho a base de plantas con el fin de combatir la vejez. Pero la vacuna era uno de sus inventos que nadie conocía, y solamente le faltaba probar en algunos voluntarios.

Pero eran tiempos muy convulsos en el viejo continente y el médico era poco conocido y las personas se negaban a colocar su cuerpo para la vacuna. ¿Quién quiere ser joven nuevamente?, decía el médico ante un grupo de ancianos que se extrañaban de escuchar esa promesa.

El Doctor Orwell y su misteriosa vacuna

Un voluntario accedió a colocar su cuerpo para el experimento mientras que el médico preparaba la inyección, sus manos temblaban de emoción. “No se verán los cambios en horas, pero si en meses”.

Fueron para el médico y las demás personas que habían visto el experimento los días más largos. Pasaron los tres meses y fue cuando el hombre se sentía sin dolencias a sus 72 años. “Siento mi cuerpo nuevamente en juventud”, decía el hombre.

Orwell estaba sorprendido de aquel experimento, hizo firmar un acuerdo de confidencialidad a las personas. Pero de los de 30 hombres que habían asistido solo encontró a 28, y temía que alguien pudiera saber de su invento.

Aquel asalto

Cuando estaba en su casa unos hombres llegaron por el alegando que estaba haciendo experimentos prohibidos. Desde esa noche nadie sabe el paradero de Orwell y de las vacunas que había creado.

**Esta historia es ficticia, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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