En Valencia surtir gasolina en una estación constituye una excesiva tarea y peor aún si por el azar le corresponde acudir a una estación VIP. La crisis y la viveza criolla generan colapsos vehiculares.
En todas las estaciones de servicio que son surtidas en Valencia, se genera una cola paralela que ubican en la salida del lugar, por dónde pasan rápido aquellos conductores que pueden cancelar en dólares la gasolina.
Familiares, amigos y conocidos de funcionarios militares y policiales que vigilan las bombas, también pasan sin problema ante la vista de las personas que sí deben esperar más de medio día para obtener el servicio.
Lamentan que el país con mayores reservas de petróleo en el mundo la escasez de combustible mantiene a la mayoría de las gasolineras cerradas.
Gasolina dolarizada
Bajo una tenaz llovizna y tras realizar cinco horas de cola, los usuarios de la estación de servicio La Ceiba, de la avenida Bolívar Norte terminaron indignados.
La estación dispone de una isla preferencial para los clientes recomendados y cancelan en dólares el combustible.
Ninguno hace cola. Bajan por la calle La Ceiba y en retroceso ingresan a la gasolinera.
Los usuarios terminan por acusar a los empleados, aunque la cola la controlan funcionarios policiales.
Un supuesto empleado del negocio, se encarga de atajar a las personas que se atrevan a protestar. Le pide a quedarse callados o los amenaza con sacarlos de la cola. “Este país es así y al que no le guste que se vaya a protestar a Miraflores”, increpó a un hombre quien llegó junto a su esposa empujando un carro viejo.
“Vivimos bajo condiciones de penuria. Además, carecemos de divisas para pagar el combustible. Tampoco somos enchufados para no hacer cola”, dijo un usuario mientras esperaba en la cola.
Además, los conflictos y peleas se limitan a las palabras. Los choferes se marchan enojados, pero los funcionarios evitan practicar detenciones. Procuran desvanecer cualquier trifulca.
