(Valencia, 27 de febrero. Noticias24 Carabobo) “Venezuela regresará al estado de bonanza económica y no pueden haber ajustes en lo económico cuyos efectos solo se sientan en los grupos de menores ingresos”, fueron algunas de las promesas que hizo Carlos Andrés Pérez en la toma de posesión de la presidencia de Venezuela por segunda vez aquel 2 de febrero de 1989 y luego de 14 días de su nuevo mandato, presentó ante el país un programa de ajustes macroeconómicos llamado popularmente “paquete económico”.
Estos ajustes comprendían decisiones sobre la deuda externa, el sistema financiero, política fiscal, política cambiaría, servicios públicos y política social, que significaron para el pueblo de Venezuela un ajuste macroeconómico brutal, impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre las medidas que formaban parte de ese “paquete económico” se encontraban: liberación de los precios de productos básicos y de todos los servicios públicos, aumento del 100% en el precio de la gasolina, incremento en la tarifa en un 30% del transporte público, transferencia al sector privado de procesos y funciones del sector público, reducción sustantiva de los beneficios sociales al trabajo y eliminación de los aranceles de importación.
Todas estas medidas eran de aplicación inmediata. El alza de la gasolina debía efectuarse a partir del 26 de febrero y las tarifas de transporte público urbano en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los tres meses siguientes, después de los cuales podría aumentarse hasta el 100%.
Estos anuncios y la cadena anticipada de efectos económicos desencadenaron actos en contra del incremento del transporte público y los saqueos de los productos necesarios para el sustento familiar, detonando un estallido social conocido como El Caracazo.
Ante las circunstancias, el pueblo reaccionó con un alto grado de violencia contra las unidades de transporte, además de los saqueos y la destrucción de locales comerciales, desde pequeños abastos hasta supermercados tanto en Guarenas como en algunas zonas del área metropolitana de Caracas, donde la gente de escasos recursos de la capital, en zonas populares como Catia, El Valle, Coche y Antímano, tomaron el control de las calles.
En otras ciudades como La Guaira, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana también se originaron protestas violentas.
Desbordado por los saqueos y la situación en las calles, el gobierno declaró el toque de queda militarizando las ciudades principales y aplastando las protestas con violencia.
Lamentablemente, hay un número de muertos no calculado. Según la cifra oficial emanada por el gobierno de Carlos Andrés Pérez, los sucesos de febrero y marzo de 1989 dejaron un saldo de 276 muertos, numerosos lesionados, varios desaparecidos y cuantiosas pérdidas materiales.
Estos números de víctimas quedaron desvirtuados por la posterior aparición de fosas comunes como La Peste en el Cementerio General del Sur y se estima que hubo más de 3 mil muertos y cientos de desaparecidos.
El poder ejecutivo del presidente Carlos Andrés Pérez, suspendió las garantías constitucionales, haciendo que la ciudad viviera varios días sumida en las restricciones, la escasez de alimentos, la militarización, los allanamientos y el asesinato de personas.
Venezuela conmemorará este sábado los 27 años del Caracazo con políticas públicas, implementadas por el Gobierno nacional, dirigidas a la protección social del pueblo, en medio de una guerra económica, perpetrada por agentes financieros y partidistas de derecha, y la cual se ha caracterizado por la especulación, usura, contrabando y reventa de productos de primera necesidad, en especial alimentos y medicinas.
Con información de Noticias24 Caracas
