(Beirut, 17 de septiembre. AFP/DPA) Afganistán e Indonesia vivieron este lunes sus primeras protestas violentas antiestadounidenses en respuesta a la difusión de una película ofensiva contra el islam y dos personas murieron en Pakistán, mientras que el líder del Hezbolá libanés apareció en una manifestación gigantesca en Beirut.
Estos episodios de violencia fueron las últimas muestras de furia contra la película antiislámica realizada en Estados Unidos y difundida en YouTube, que hizo estallar la semana pasada protestas ante las embajadas y símbolos estadounidenses en al menos 20 países, dejando hasta el momento 19 personas muertas, entre ellas el embajador estadounidense en Bengasi (este de Libia).
Una persona murió y otras dos resultaron heridas durante un tiroteo entre la policía y los manifestantes en Warai, ciudad del noroeste de Pakistán, situada cerca de la frontera afgana, indicó a la AFP Mohamad Irshad, un alto responsable local.
Los manifestantes incendiaron una comisaría, una asociación de periodistas, la casa de un juez y tres coches. La policía utilizó gases lacrimógenos y realizó disparos de advertencia para dispersar a la muchedumbre, aunque un manifestante abrió fuego contra la policía, según este mismo funcionario.
Las autoridades hospitalarias confirmaron este lunes la muerte de un manifestante herido de bala en la víspera, durante manifestaciones cerca del consulado estadounidense en Karachi (sur), la capital económica de Pakistán.
También se produjeron marchas antiestadounidenses en Peshawar (noroeste) y Queta (oeste), según periodistas de la AFP en el lugar.
El primer ministro paquistaní, Raja Pervez Ashraf, ordenó bloquear el acceso a YouTube luego de que el sitio “se rehusara a hacer caso al consejo del gobierno de Pakistán de remover el film blasfematorio de su sitio”.
En Afganistán, las protestas se tornaron violentas por primera vez cuando más de 1.000 afganos se manifestaron e incendiaron coches de policía y contenedores en la carretera de Jalalabad, dijo a la AFP Mohamad Ayub Salangi, jefe de la policía.
Entre 40 y 50 policías resultaron “levemente heridos” por pedradas y bastonazos, declaró Salangi.