Este domingo se llevó el “All Star Game” de la NBA, el tradicional partido que todos los años enfrenta al Este con el Oeste. El espectáculo originalmente estaba previsto para desarrollarse en el Spectrum Center de Charlotte, pero se cambió de sede debido a que el estado de Carolina del Norte aprobó una ley que discrimina al colectivo de lesbianas, homosexuales y transgénero.
“La NBA decidió trasladar el juego 2017 de las Estrellas de Charlotte con la esperanza de reprogramación el 2019”, afirmó en julio el comisionado de la Liga, Adam Silver, cuando justificó la decisión.
De esa manera, la casa de los Pelicans fue la sede de un juego que estuvo muy lejos de la emoción que despertó la edición del año pasado en Toronto, cuando el retiro de Kobe Bryant se robaba todos los focos de atención.
La semana pasada, ambos astros vivieron un tenso enfrentamiento en la victoria de los Warriors sobre los Thunder en Oklahoma, que incluyó un fuerte cruce verbal entre ambos camino a un tiempo muerto.
El conjunto del Oeste se complementó con James Harden (Houston), Kawhi Leonard (San Antonio), Anthony Davis (New Orleans), Gordon Hayward (Utah), Marc Gasol (Memphis), DeMarcus Cousins (Sacramento) y DeAndre Jordan (Los Angeles Clippers).
En el Este, los cinco titulares fueron Kyrie Irving (Cleveland), DeMar DeRozan (Toronto), Jimmy Butler (Chicago), LeBron James (Cleveland) y el griego Giannis Antetokounmpo, uno de los jugadores más espectaculares del momento y que hará su estreno en un All Star Game.
Los reservas del conjunto que dirigió Brad Stevens, entrenador de Boston, fueron Isaiah Thomas (Boston), John Wall (Washington), Kemba Walker (Charlotte), Kyle Lowry (Toronto), Paul George (Indiana) y Paul Millsap (Atlanta). Kevin Love (Cleveland) el cual no puedo disputar el partido por una lesión de rodilla y en su lugar Silver designó a Carmelo Anthony (New York), quien disputó el evento por décima vez y octava consecutiva.
Con información de La Hora
