Iniciada la materialización de lo que un día fue un sueño, la transformación de Guacara se convirtió en una meta arraigada en la que sólo es posible el cumplimiento de esa visión con esfuerzo, dedicación y amor del ciudadano, trabajando articuladamente con una gestión comprometida por su tierra, cuyo sendero hizo viable la continuación de esas mejorías palpables en el año 2013, cuando las grandes obras inauguradas y las que faltaban perfilaban al municipio como una gran ciudad.
En contexto, sus servicios públicos cada día avanzaban en su optimización y progresivamente se cumplía lo anhelado y prometido por un Gobierno municipal encauzado por los resultados; siendo así, convencidos de que la vía tomada había sido la correcta, los guacareños y -en especial los yagüenses- comenzaron a disfrutar del nacimiento de una nueva parroquia en la que una simple y descuidada intersección se vio transformada en toda una encrucijada: la “Don Pedro Rojas” de El Cabrito.
Este importante acceso, completamente embellecido con obras de arte, un espacio designado para la tradicional Palma de Yagua, dos mil 167 metros lineales cuadrados de aceras cubiertas con adoquines, las mismas que brindaron al transeúnte una amplitud de 2 metros de ancho para mayor seguridad y confort, bordeaban una renovada vía que cuenta desde ese tiempo con 38 ojos de gato, 4 señalizaciones informativas, 3 señalizaciones de paso peatonal, 3 semáforos, 2 señalizaciones de pare y la adecuada demarcación; escribiendo de esta manera una nueva realidad del tráfico vehicular, donde la organización, movilidad, facilidad de acceso y disminución de los tiempos de desplazamiento marcaron un punto en la trascendental historia de tan significativa población.
Es de destacar que estos cambios contaron, además, con mejoras en el sistema eléctrico de media y baja tensión del alumbrado público, el cual desde su inauguración cuenta con 36 luminarias, 28 estructuras que reubicaron la red eléctrica; mientras que la optimización del sistema de drenajes, construcción de 612 metros lineales de brocales, recibieron los aplausos de quienes fueron testigos de una ampliación integral de 385 metros correspondientes a las calles José Rafael Pocaterra, Leonardo Ruiz Pineda y Miguel José Sanz.
Avenida Mario Briceño Iragorry de Nueva Guacara
El 30 de abril del mismo 2013 arrancó en paralelo un nuevo proyecto, como fue el crecimiento, rehabilitación y significativa mejora de la calle Mario Briceño Iragorry del sector Nueva Guacara. Una recuperación integral que la convertiría en una avenida con 4 canales de circulación para comunicar al urbanismo Petrocasas La Lucha con las comunidades La Libertad, Nueva Guacara, Turumo y entrada a la urbanización El Samán; mil 20 metros lineales de vialidad comprendida en 200 metros lineales pertenecientes a la avenida Humberto Celli y 800 metros lineales de la nueva avenida que se incorporaba a la urbe guacareña.
En este sentido, la remoción de 15 centímetros del viejo pavimento, la demolición de aceras, brocales y cunetas de concreto, dio paso a una planificada construcción de sus bases, conformada por 186 metros cúbicos de piedra picada que soportarían 291 metros cúbicos de concreto de las nuevas y más amplias aceras; aquellas que engalanan la seguridad del tránsito peatonal con una funcional demarcación de línea horizontal continua a los extremos de la vía mediante material termoplástico para la orientación ordenada del tránsito vehicular.
Asimismo, cumpliendo una verdadera proyección a la altura del crecimiento urbanístico que experimentaba el municipio, se construyeron tanquillas de drenaje y sumideros de concreto armado con cabillas de media pulgada, además de la colocación de alcantarillas tubulares con sus respectivas bocas de visita, a fin de brindar un desahogo en el paso a las aguas pluviales y evitar inundaciones del sector, conservando de esta manera la carpeta asfáltica.
La completa iluminación dio por finalizada una obra más, con la instalación de 10 postes de baja tensión, 20 postes de alta tensión y el montaje de nueve estructuras de baja tensión, más 13 estructuras de alta tensión de 11,28 y 12,20 metros. Esto constituyó un sistema eléctrico y de alumbrado público de 40 luminarias de vapor de sodio de alta presión (luz amarilla) de 250 vatios de 220 voltios; al igual que lámparas de luz blanca de 150 vatios para 208 voltios; distribuidos en tres bancos de transformadores trifásicos de 3×25 kilovatios (Kva) y un banco de transformadores trifásicos de 3×50 Kva; siendo esta infraestructura otro logro hacia el cambio progresivo que recibía el indudable respaldo de los guacareños.
En resumidas cuentas, la historia de Guacara se escribía de distinta manera con tinta indeleble, demostrando una vez más que el trabajo para que sea exitoso se debe realizar en equipo, articuladamente, siempre unidos por un mejor municipio, y su gente así lo entendió y asumió con gran apoyo a la gestión municipal, liderada por el visionario alcalde Gerardo Sánchez, quien está convencido de que los sueños nunca duermen y el descanso aún no está permitido cuando transformar la ciudad es la meta.
Con información de prensa Alcaldía de Guacara