La adicción a las drogas desencadenó una tragedia en el estado Zulia, Otoniel José Coart Acosta, de 38 años, fue asesinado por su pareja al recibir dos puñaladas, luego de que él le negó empeñar un televisor para comprar estupefacientes.
La mujer, identificada como Heidy, le propinó las cuchilladas en el intercostal izquierdo cuando Otoniel le quitó el aparato. Mal herido, el albañil salió de su humilde vivienda y cayó a unos 40 metros, frente a la casa de un vecino.
El ataque se registró el 6 de junio en la invasión Villa Canaán, de la parroquia El Bajo, en San Francisco. Fue socorrido por los vecinos y lo trasladado al Hospital General del Sur. Tras debatirse entre la vida y la muerte la víctima falleció este sábado.
Durante el tiempo de su convalecencia, “Heidy aprovechó para sacar los corotos y empeñarlos para consumir (droga)”, según afirmó un vecino del barrio, quien describió a Otoniel como “un hombre serio, noble y servicial”.
Luego de un mes, fue dado de alta y se fue a casa de su madre en el sector La Polar, pero su preocupación porque el rancho estaba solo lo obligó a regresar a su hogar.
Heidy volvió un mes después del ataque: “Ellos se reconciliaron. Él la aceptó tras hablar con un pastor evangélico, quien le dijo que la perdonara. Además él la quería. Me decía: No puedo permitir que se pierda en la droga y recaiga en la indigencia”, contó un vecino.
Hace 10 años Otoniel conoció a Heidy en el centro de Maracaibo cuando trabajaba como caletero. Y desde hacía dos años vivían en el rancho.
El viernes se sentía mal, fue al General del Sur y lo hospitalizaron, pero falleció. A las pocas horas de la muerte, la mujer sacó los pocos artefactos de la casa y pidió dinero a los vecinos para huir.
Con información de Panorama