Devin Kelley, que mató a un mínimo de 26 personas en una parroquia baptista de Sutherland Springs (Texas, Estados Unidos) este 5 de noviembre, no murió por los disparos de las dos personas que abrieron fuego contra su auto, sino que se suicidó, según ha declarado el alguacil del condado de Wilson, Joseph Tackitt.
Los datos indicaban que dos ciudadanos armados abrieron fuego contra Kelley cuando intentó abandonar en auto en el lugar de la masacre. Como consecuencia de esos balazos, el vehículo terminó inmovilizado en un hombrillo y «creemos que se suicidó exactamente en ese momento», manifestó Tackitt.
Hasta el momento, las autoridades estadounidenses desconocen el motivo del suceso, aunque este servidor de la ley ha indicado que «no creemos que tuviera alguna conexión con la iglesia».
Este domingo, Devin Kelley perpetró un ataque con un rifle de asalto en una iglesia baptista. Varios testigos indican que entró y abrió fuego cuando se celebraba un servicio dominical.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, confirmó que 26 personas murieron en el acto.
Entre los fallecidos hay, al menos, dos menores y un mínimo de 20 personas resultaron heridas.
Con información de Actualidad RT