Milán, la ciudad que vio nacer el ‘panettone’, le rinde un homenaje este domingo con un ejemplar gigante de este bollo navideño tradicional italiano, que cuenta con pasas y frutas. Por la tarde se distribuirán gratuitamente 1.200 trozos de este panetón de 140 kilos y dos metros de alto en la magnífica Galería de Víctor Manuel II, a dos pasos de la Catedral.
“El panetón es el típico postre de Navidad. Aunque cambien las modas y las culturas, el panettone sigue siendo una tradición inalterable”, explica a la AFP Angelo Bernasconi, dueño de la pastelería San Gregorio, cuyo equipo elaboró el bollo gigante.
Su establecimiento hornea miles de unidades al año, que son vendidas en Italia y también en el extranjero. Cada semana, 200 de sus panetón se envían a una tienda de Nueva York.
A pocos días de la Navidad, la pastelería no para de trabajar, explica Savino Moretti, socio de Bernasconi, que se jubiló pero sigue acudiendo dos veces a la semana para aconsejar al equipo del local en el que trabajó durante medio siglo.
Moretti y Bernasconi, de 68 y 67 años, respectivamente hacen panetón “desde hace más de 50 años”. Y según ellos, el secreto es la masa madre, que puede dar nacimiento a una infinidad de bollos si se trata correctamente.
Ambos heredaron esa masa madre del anterior dueño de la pastelería, su maestro pastelero, que la elaboró, según dicen, añadiéndole “orina de caballo” a la harina para la acidez.
“Para hacer un panetón se necesitan 36 horas”, explica el pastelero Said Lauauda en la trascocina. A la masa madre se le añade agua, azúcar, harina, huevos, mantequilla y vainilla.
Con información de Globovisión