El director de orquesta venezolano, Gustavo Dudamel, visitó esta semana Madrid para presentar el concierto que él y la Filarmónica de Viena ofrecerán el próximo día 13 en el Teatro Real, oportunidad que aprovechó para defender la democracia como arma para desbloquear el conflicto en su país.
Dudamel reflexionó sobre la importancia del arte para superar los escollos. “Hay un cuento maravilloso en El libro de los abrazos, de Galeano, en el que sucede un asesinato y están culpando a una señora. Y le preguntan a los vecinos, que la quieren mucho, si es culpable. Ellos están convencidos de que sí lo es. ¿Y por qué? Porque lo dicen los diarios, la radio y también la televisión”, dijo.
Asimismo, planteó que en situaciones como la que atraviesa Venezuela “evidentemente, mucha gente quiere escuchar algo. Pero o hablamos o gritamos. Y a mí nunca me ha gustado gritar. Nunca… A mí me duele mucho, más que cualquier cosa, ver a mi país en un conflicto permanente entre hermanos. Eso es lo más terrible”.
“Estoy seguro de que vamos a salir de esta crisis económica que estamos viviendo. Pero me importa mucho la crisis humana”. Y explicó que mantendrá una postura conciliadora.
“Si yo vengo aquí, ahorita y empiezo a hablar de política enardecido, voy a crear más odio del que ya existe. Ya basta de ese odio. ¿Y quiénes dan el ejemplo para poder unir? Los líderes. Cuando yo hice mi comunicado, les hablé a los líderes políticos. Les dije: vamos a dejar las ideologías y los egos. Porque cuando te encumbras, el ego te arropa y no puedes mirar. El pueblo, como tal, no puede estar en conflicto”.
En este sentido recalcó que “Venezuela es un país, no dos. Puedes ser de izquierdas o de derechas, y quizá soy muy naíf, pero creo que sentados en torno a una mesa se puede llegar a un acuerdo de cómo salir de esto y cómo educar a nuestro pueblo… He sido atacado varias veces, pero yo sé lo que hago, sé lo que soy y sigo trabajando por ello. Sin decir nada, porque no me gusta alardear: la gente ve lo que soy, nada más”.
Con información de El Mundo