Leblouh es la práctica africana de alimentar a las niñas a la fuerza desde los cinco hasta los diecinueve años para aumentar las posibilidades de encontrar marido.
Esta práctica se observa en zonas rurales de Mauritania, el Sáhara Occidental y el sur de Marruecos. Allí la obesidad es signo de belleza, salud y estatus social.
La palabra Leblouh proviene del vocablo francés que significa alimentación forzada de gansos para producir grasa. Algunos padres incluso para tener éxito recurren a “granjas para engordar” a sus niñas.
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Según la cultura popular de esas zonas la esposa perfecta es gorda. Las mujeres delgadas son mal vistas e incluso repudiadas. Las creencias ancestrales vinculan la gordura con la buena salud y la fertilidad.
Por eso los padres practican el “leblouh”, que consiste en forzar a sus hijas a comer en grandes proporciones. Así las preparan para el matrimonio.
Pese a que el leblouh se extiende por Argelia, Burkina Faso, Níger, Malí y Mauritania, defensores de los derechos de los niños consideran esta tradición como una forma de maltrato. Pero allí ningún hombre desea tener una esposa delgada.
Un documental de la BBC refiere que algunos padres no obligan a sus hijas a engordar, pero existe presión social sobre ellas. En la calle son mal vistas y las someten a bullyng.
Granjas de engorde
“Mi madre me rogaba que comiera y utilizaba muchos medios para hacerme comer. Cuando escuché que culpaban a mi mamá de no alimentarme lo suficiente, yo misma comencé a comer de manera forzada. Me obligaba a mí misma a comer”, relata Dedeou Gassamba, una joven de 21 años natural de Malí.
La joven afirma que incluso muchas familias recurren a “granjas de engorde”, donde envían sus hijas. En este lugar, las mujeres podían alcanzar “el peso ideal”, que ronda entre los 100 a 150 kilogramos. “Cuanto más gorda estés, mejor”, dice Dedeou.
Según la BBC en las granjas obligan a las niñas a comer grades cantidades de alimentos en la mañana, en la tarde y en la noche. El resto del día lo dedican a “descansar”. Así funciona el Leblouh.
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Los de mayor poder adquisitivo contratan a los dirigentes de las granjas para que hagan el servicio a domicilio. Hay quienes también optan por medicamentos para estimular el apetito.
“Las mujeres gordas son vistas como bellas, agraciadas y de buena familia. A las flacas se les ve como personas hambrientas, menos bellas. Lo peor es que a menudo les atribuyen enfermedades graves que ni siquiera tienen. Les dicen que tienen sida o que son lesbianas.
El culto a la obesidad que es promovido a través del leblouh. A las gorditas se les vincula con salud, fertilidad y sobre todo riqueza.
