Venezuela en su etapa contemporánea ha vivido momentos de crisis económicas muy fuertes. Los billetes tinoquitos se unieron al cono monetario luego de que se desapareciera el sencillo. Las monedas de metal de 25 céntimos, 50 céntimos, un bolívar, dos bolívares y el fuerte se perdieron. Esto sucedió en los primeros meses de 1989.
En aquel tiempo hubo un rumor que dichas monedas de níquel habían desaparecido por unas computadoras. El presidente Carlos Andrés Pérez en ese tiempo había ofrecido una computadora para cada escuela.
Dicho pacto supuestamente se había hecho con una empresa japonesa que a cambio le había solicitado las monedas. El sencillo en ese tiempo se había perdido del país; se necesitaba este para pagar el pasaje, entre otras cosas.
La empresa japonesa haría las computadoras a cambio de todo el níquel de las monedas. Gracias a eso se harían las computadoras; que primero llegarían a las escuelas pero en su mayoría nunca llegaron.
Los billetes tinoquitos y su mala calidad
El entonces presidente del Banco Central de Venezuela Pedro Tinoco aprobó la fabricación de estos. Las monedas al desaparecerse causó una paralización del transporte, supermercados, entre otros rubros.
Los transportistas implementaron los famosos tickets que fueron otro problema. Muchos pasajeros comenzaron a pagar con tickets y en las bombas no se los aceptaba. Los billetes tinoquitos salieron al mercado mientras se fabricaban las monedas.
Carlos Andrés Pérez, presidente del país dijo que los mismos los habían fabricado en Nueva York. Pero el papel era de mala calidad que no soportaron el “mano a mano” diario que hay en el país. Las personas no lo recibían causando otro problema; todos querían las monedas.
Otras de mala calidad
Las personas en el país extrañaban las monedas de níquel que sonaban diferente a las nuevas de ese tiempo. Estas incluso se veían de mala calidad, el gobierno de Pérez dijo que se habían fabricado en Europa.
Ya… 32 años después recordamos de cómo la economía ha sufrido. En aquellos tiempos hablar de un dólar era un insulto a las personas. Muchos venezolanos conservan monedas de níquel, recordadas por su famoso sonido cuando caían.
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