Daniel Camargo Barbosa dejó las huellas de su maldad en Colombia pero cuando vio que la policía lo buscaba; huyó a Quito, Ecuador. Decía ser pastor evangélico pero era todo lo contrario; mató a más de 150 menores pero solo reconocieron 71.
El hombre era una persona dura con los niños por sus traumas cuando pasó la etapa de ser pequeño. Vio a un sacerdote embarazar a su hermana como violar a otros infantes de la comunidad; nació en Colombia pero la etapa más dura la tuvo a los seis años.
Su mamá lo obligaba a vestirse de niña e ir al colegio vestido de esa manera. Ya de hombre quedó con un trauma hacia los niños e iba contra ellos. En un terreno de Cundimarca en los Andes colombianos había nacido; crecido y allí cometió los primeros delitos.
Ya el hombre empezaba a mentir a las niñas y les decía enseñarles la Biblia y la palabra de Dios. Para muchos tenía muchos problemas de personalidad; luego que las pequeñas accedían a ir a la supuesta iglesia; las violaba y mataba.
Daniel Camargo Barbosa, el rostro de la maldad
Ya en 1986 en Quito el hombre seguía con la misma mentira; la policía se sorprendía de todo lo que decía. Negaba ser el asesino de las niñas y afirmaba que todo era mentira; cuando había pruebas y testigos en su contra.
Varias adolescentes denunciaron al hombre por sus delitos, las violaciones y asesinatos eran atroces. El hombre en los años ochenta tenía prendas y zarcillos de las jóvenes; como también había averiguado los nombres de cada una.
Incluso el violador sabía si las pequeñas tenían marcas o lunares en su cuerpo; la memoria que tenía lo llevaba a reconocer por completo a sus víctimas. En 1994 murió en una de las cárceles de Quito; supuestamente por estas violaciones.
Hasta ahora las personas siguen temiendo a pesar de que está muerto a aquel hombre que marcó a las familias. Muchas niñas murieron en la edad de la inocencia; ya que el mismo tuvo años en libertad.
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