Agencias de seguridad y servicios de vigilancia de todo el mundo vuelven a estar pendientes otra vez de dónde caerán los restos de un cohete chino Long March 5B.
Se trata de una masa estimada de unas 25 toneladas y que viaja sin control a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora.
Según los últimos datos de su monitorización, los restos del cohete entrarán en la atmósfera terrestre en algún momento de este fin de semana, pero las estimaciones más certeras solo se podrán hacer unas pocas horas antes del reingreso.
Los cálculos de los expertos, a partir de observaciones y modelos matemáticos, apuntan que los restos del vehículo, en el caso de que no se desintegre por completo en la atmósfera, caerían en algún punto entre los paralelos 41, con mayor probabilidad en el océano.
Por tanto, las posibilidades de que la caída sea sobre superficie terrestre son muy bajas, confirma el jefe del departamento de Espacio del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), Efe Jorge Lomba.
Aun así, se desconoce exactamente dónde aterrizará, pero el posible campo de escombros incluye Estados Unidos, India, Australia, África, Brasil y el sudeste asiático.
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