José Ramón subía el volumen a aquella canción de Soda Stereo mientras recordaba el perfume de Yuraima… iba por la Autopista Regional del Centro. Le parecía imposible olvidarla y rogaba a Dios para volver a tenerla. “Dios mío yo solo quiero verla”.
Unos días después mientras escuchaba De Música Ligera y luego de dejar su carro estacionado en el centro se sorprendió. La mirada sensual de aquella mujer brilló mientras parecía olvidar los problemas que hubo entre los dos y en un saludo amistoso volvieron a verse; sin que nadie lo propusiera… solo el destino…
No hubo espacios para discordias todo lo contrario, tenían ganas de seguir viviendo aquel romance apasionado. Del cual tenía a una Valencia nocturna como escenario y más canciones de la banda argentina como parte de lo vivido.
Luego de aquel saludo amistoso, volvieron y con más fuerza… retornaron las mentiras para salir de la casa sin que su esposa se diera cuenta. “Tu como que tienes una aventura por allí José Ramón y te la voy a descubrir”, decía Julia su esposa.
Pero para él era como retornar a sus años de juventud con cada canción de Soda Stereo, recordando a sus amigos del Liceo Buen Samaritano del centro. Mientras que cantaban él y Yuraima “En La Ciudad de la Furia”… «Nadaaaaa personal»
Valencia parecía ser iluminada en la noche con los dos enamorados clandestinos quienes entonaban las canciones en aquella Cherokee azul metalizado. “Solo me encuentro en la oscuridad lo que nos une con la ciudad de la furia”, cantaban.
Aquella canción de Soda Stereo
Una vez más regresaron los mensajes prohibidos, las escapadas nocturnas mientras José Ramón salía de la casa sin dejar rastros… Mientras sus amigos de la oficina lo ayudaban… “chamo con que seas feliz nos basta”, le decían.
Aquel intenso romance se vivía en Tucacas, en Puerto Cabello, mientras habían jurado escaparse. Mientras coreaban “Prófugos” y brindaban con espumosas mientras aceptaban dejar todo. “Somos cómplices los dos al menos huyo porque amo”.
“Vámonos Yuraima, vámonos lejos a seguir viviendo este amor”, decía José Ramón mientras la veía en silencio sonreír. El viento jugaba con los cabellos color amarillo de su amada clandestina; la cual era para el la mujer más hermosa del mundo…
Pero mientras iba al volante él se acercó para darle un beso a Yuraima pero entre la velocidad, y la pasión perdió el control de la camioneta… Los bomberos al llegar al lugar del accidente encontraron a la pareja sin vida… con la canción “Prófugos” de fondo…
**Esta historia es ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia
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