Era una noche fría de diciembre en 1978, un objeto volador en Los Guayos se acerca por encima de las matas de mango. Las luces llamativas color rojo y escarlata además de un brillante blanco iluminaban el lugar.
El reloj señalaba las diez y veinte de la noche, mientras que Robert se quedaba atónito viendo las luces por encima de las matas. Todo el panorama estaba desolado, el silencio reinaba mientras que de aquel objeto volador sonaba como impulsado por el aire.
Dio un paso adelante mientras tragaba grueso. Pero todo aquello era confuso, nunca en su vida había visto algo similar. El objeto parecía colgado en el cielo, excepto el sonido el cual se iba tornando más fuerte.
Robert quiso gritar mientras sentía que sus piernas le temblaban, respiraba rápido mientras su corazón latía. Si apenas había leído lo de la película de Richard Dreyfuss “Encuentros Cercanos del tercer tipo”.
Nadie en el sector 4 de la Vivienda parecía despierto aquel diciembre, el cual unos días antes se había celebrado la Navidad. Esa noche no se escuchaba ruidos de nada, fueron segundos que le parecieron una eternidad.
Un objeto volador en Los Guayos
El escenario era impresionante en su vida, estar a metros de un objeto como el que aparecía en las películas. Pero esta vez era cierto, todo aquello le asustaba pero las luces y el sonido era lo más llamativo…
Robert se quedó tranquilo mientras en segundos aquel objeto aceleradamente y en una velocidad impresionante desapareció del lugar. Buscó si alguien estaba despierto o había visto lo que sus ojos vieron.
¡Mamá vi un ovni!, dijo Robert… mientras que la mamá salió apurada pero nadie más vio lo que él vio. Desde esa noche le pareció extraño lo que había visto, su historia para muchos es mentira, pero siempre la cuenta y destaca lo que le pasó ese diciembre.
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