No le des fuego al enano de la Catedral de Caracas… fue el consejo de Toribio a su hijo, el cual acostumbraba a verse con Marbella en aquella ciudad en tiempos de la colonia. Víctor apenas sonrió y soñaba con ver a su amada nuevamente a escondidas.
Sentía cosquillas en su cuerpo sobre todo en el estómago de saber que iba a ver a la dama, la cual era casada. El muchacho se marchó a la plaza a esperar a su amada… cuando se quedó frío al ver a un pequeño hombre caminar por el lugar.
Decía que sentía el fuego en la piel de aquella mujer de cabello negro y figura resaltante… la cual era una de las más conocidas damas de la capital. Y todos advertían al joven del peligro que corría por aquel amor.
Era la medianoche cuando su corazón palpitaba fuertemente… el hombre se acercó y le dijo… ¿tendrás fuego?. El enano de rostro amable veía a Víctor el cual fue en contra del consejo que le dio su padre.
La cara del enano cambió luego de ver el fósforo encendido… la sonrisa y la mirada diabólica iban contra él mientras una brisa de lluvia llegaba de pronto al lugar. Víctor se asombró ya que el hombre desapareció del lugar.
No le des fuego al enano de la Catedral de Caracas
Mientras aquellos vientos de lluvia llegaban al lugar y no veía llegar a su amada por ninguna parte. Salió corriendo cuando la voz del enano le dijo… “te enseñaré el fuego de verdad”… Víctor comenzó a correr.
Iba sin rumbo fijo, mientras movía las piernas todo lo que podía en aquella Caracas en los años de la colonia. Se dice que los amores de Víctor y la dama misteriosa terminaron desde aquella noche…
Como hay personas que afirman que solo fue una leyenda para que las personas dejaran de vivir esos amores prohibidos en las cercanías de la Catedral. Como también dejaran de tomar licor en esas adyacencias.
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