Por Jaime Macías
La identidad de un equipo deportivo profesional se puede catalogar de imprescindible para asegurar su permanencia en el negocio a largo plazo. Esa identificación de los aficionados con determinada divisa en cualquier deporte, es la que le da apoyo, presencia en las tribunas y sobre todo el conseguir patrocinio para por lo menos cubrir los gastos operativos que genera una empresa deportiva.
Esta identidad no se logra solo con ganar frecuentemente, sino saber atraer o mercadear bien el nombre con la región donde tendrá la sede, hacerlo atractivo para conquistar la simpatía de los seguidores, en fin utilizar todas las herramientas posibles para consolidarse.
Cuando digo que no basta solo ganar, me refiero a que el fanático llega a tener una relación tan estrecha con su divisa, que nunca pierde la esperanza de celebrar. Un buen ejemplo actual, son los Tiburones de La Guaira, que después de 38 años de espera, lograron volver alzar el trofeo de campeón en el beisbol venezolano.
Pese a a esa larga espera, nunca perdieron el ánimo e incluso sumaban más seguidores, como se vio en la multitud que los acompañó en las celebraciones. Es lo que los fanáticos criollos llaman: «Yo soy patria o muerte con mi equipo».
Otro caso curioso en el beisbol profesional venezolano, es con los seguidores de Caracas y Magallanes, los cuales en una oportunidad, estando ambos eliminados a finales de diciembre, implantaron un record de asistencia para un juego esa temporada en el estadio Universitario.
La identidad en el deporte profesional venezolano
Por su parte en el futbol venezolano esta identidad, solo se reduce a unos pocos equipos como Táchira, Caracas, Mérida, Portuguesa y Zamora, mientras vemos que cada año el resto que conforman la liga son nuevos, que ocupan el cupo de equipos desaparecidos, otros que cambian de nombre. Por ejemplo el Zulia en los últimos cinco años ha tenido como tres oncenas diferentes. La última de ellas es Rayo Zuliano.
El equipo de Barinas sin duda es el Atlético Zamora, pero fue ahora que sale un equipo, con el nombre del estado, llamado Inter (muchos creen que es de la operadora de cable), que hasta el pasado año tenía un nombre de club de caimanera, «Hermanos Colmenarez», imagino que pensaban atraer a todo fanático con ese apellido.
Es que a veces los nombres de algunos clubes se asocian mas a un capricho de alguien, más que a una realidad empresarial. Del baloncesto les hablaré en la próxima oportunidad, solo les adelanto que de los 18 equipos de la Superliga, solo un tercio ha tenido o tiene cierta trayectoria, fanaticada o algo que contar de su pasado, como dice la canción.
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