Augusto veía la pequeña luz led de la central telefónica color verde, y el reloj que señalaba la 1:47 minutos. Se quedó sorprendido cuando la central recibía una llamada, pero lo curioso era que era una llamada interna.
En apenas unos segundos el vigilante pensó… que no había nadie en la torre, ya que era una torre de seguros. Pensó que quizá alguien pudo quedarse trabajando, tomó el teléfono y contestó… ¡buenas noches… a la orden!.
Del otro lado, sentía la respiración de una persona, como queriendo hablar pero que no decía nada. Fueron segundos de suspenso para el centinela… quien volvía a preguntar dos veces con voz más fuerte… ¡aló!… ¡aló!.
Tranca la llamada pero se queda pensando, la central señalaba que era una llamada interna. Se tocó los párpados como subió de inmediato a dar una ronda. Pero todos los pasillos y oficinas estaban a oscuras.
Prendió las luces del pasillo, pero no había nadie en las oficinas. Todos los aparatos como computadoras e impresoras, monitores y otros artefactos estaban completamente apagados. ¿Y de donde vino la llamada?… se preguntó.
La central telefónica
Ya de nuevo en el lobby de la torre, ve hacia afuera y todo estaba en calma, cuando de pronto un nuevo repique interno interrumpe el silenció. Augusto respira y contesta… ¡buenas noches diga!.
Pero del otro lado solo escucha a alguien respirando… ¿quién es?… pregunta Augusto. Pero nadie contesta y trancan la llamada. Luego de Augusto los vigilantes de la torre se siguen preguntando quien hace la llamada interna.
Ya que solamente hay una persona cuidando la torre, y luego de las diez no hay nadie en las oficinas. Los técnicos destacan que es “una falla” que tiene la misma central, pero los vigilantes destacan sobre la respiración que escuchan.
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