El último mes del año representa una fecha llena de múltiples significados, no solo a nivel cultural, sino porque genera una gran cantidad de expectativas y emociones, pues constituye una época que invita la reflexión o que trae consigo un tiempo de tristeza en diciembre.
Durante una entrevista para el portal El Ucabista, la psicóloga de orientación jungniana y asesora del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Humano (CADH) de la UCAB, Maripili Golpe, explicó cómo llevar estas fechas y enfrentar a la melancolía decembrina.
En ese sentido resalto que, si bien el venezolano posee una idiosincrasia alegre y tiene facilidad para crear vínculos afectivos con otros, este tiempo puede resultar difícil emocionalmente.
«La Navidad no significa lo mismo para todo el mundo. Depende mucho de las creencias religiosas. Pero quienes no tienen esa creencia, ese contexto cultural, ¿cómo viven estos tiempos? Además, estamos en un tiempo de incertidumbre y cambios a nivel global. Y esto trae, sobre todo, miedo, temor sobre ‘qué va a pasar’ y pone a muchos a pensar en ‘No puedo anticipar y siento que no tengo control sobre algunas cosas’», detalló
También recordó que en esta época del año suelen aumentar los cuadros de ansiedad y depresión. Agregó que esto se podría explicar desde la perspectiva de la volatilidad en la que el mundo está inmerso, así como su rapidez, imprevisibilidad, paradojas y confusión.
«Evidentemente como seres humanos nos podemos sentir más solos, desprovistos y limitados en cuanto a la capacidad de planificación, anticipación y control», recalcó.
La tristeza en diciembre afecta a los venezolanos
A propósito del contexto venezolano, Maripili Golpe indicó que los tiempos de incertidumbre pueden contribuir a que las personas estén más susceptibles a cambios de ánimo; con mayor propensión a la desesperanza, la tristeza, la apatía y emociones similares.
Entre los factores que asentúa la tristeza en diciembre se encuentra la diáspora que suma más de 7.7 millones de venezolanos que salieron del país, la crisis humanitaria compleja y las condiciones socioeconómicas individuales.
«Eso nos vuelve humanamente más vulnerables. La gente dice ‘el dinero no me da para lo que quiero, no estoy tan acompañado como deseo o los vínculos también están vulnerados’. Eso nos deja más expuestos a la tristeza o momentos de quiebre. Si la persona no cuenta con recursos internos psicológicos está aún más vulnerable. Resulta muy retador para todos, aunque existen personas que toman muy bien estar solos», apuntó.
La psicóloga alertó además sobre la diferencia entre las manifestaciones de tristeza en diciembre y la depresión; afección mental que tiene cierta sintomatología y exige atención médica.
Por eso, llamó a prestar atención a la pérdida de la concentración y atención, cambios en los patrones de sueño y apetito, disminución en la capacidad para trabajar o estudiar, abundantes sentimientos de culpa, pensamientos intrusivos, entre otros indicadores de que la persona podría estar transitando por un proceso depresivo.
«Si estoy muy movido o tengo tristeza en diciembre se debe saber cómo cuido que ésta no resulte tan intensa para que distorsione mi mirada, mis pensamientos y me haga ver la vida con lentes oscuros y pierda perspectiva. Pueden existir eventos críticos que detonen la depresión, pero de algo que ya se estaba incubando. Todo esto depende de los recursos personales y del contexto individual», resaltó.
Por ello, prosiguió, se deben buscar y reconectar con las redes de soporte que tenemos y, a veces, buscar ayuda profesional. «Incluso, quienes tienen ciertas creencias religiosas pueden apoyarse en sus sacerdotes, los pastores o la oración», puntualizó.
La clave está en el autocontrol
Maripili Golpe expresó que el autocuidado y el reencuentro con los recursos personales internos constituyen elementos fundamentales para salir adelante.
Para ello, aseguró que depende del autoconocimiento del individuo, una tarea complicada cuando los espacios para la autoreflexión e introspección resultan pocos.
«No se puede efectuar si la persona no se conoce. Y esto conlleva reconocer las vulnerabilidades externas e internas, las fortalezas internas y externas: quién soy, cuál es mi historia. Además, si en mi historia surgen otras vulnerabilidades psicosociales, es importante saber de qué me valgo para cuidar de esos afectos genuinos con los que cuento», acotó.
Recurrir a las tradiciones espirituales de la época también puede representar una alternativa para lidiar con la tristeza en diciembre.
Según Golpe, los rituales pueden proveer contención psicológica, pero deben verse con una óptica apropiada para que no se vuelvan acciones vacías, sin significado o automáticas, sino que impliquen propósito.
Por otra parte, la alimentación, el ejercicio y demás acciones cotidianas resultan importantes para llevar una buena salud mental. Recordó que las rutinas permiten preservar el equilibrio y la calma, en especial aquellas que están dentro del control de cada quien y ayudan a evitar caer en la zozobra.
Dejar a un lado las redes sociales
La psicóloga también indicó que dejar por un tiempo las redes sociales puede resultar positivo para enfrentar la tristeza en diciembre; pues puede ayudar a desconectarse de emociones como la tristeza, envidia o frustración por no tener la vida o los objetos que otros sí tienen.
Como contraparte, llamó a rescatar vínculos y retomar actividades creativas, haciendo las paces con el yo interno, la soledad y el silencio.
«Permítete aburrirte a ver qué se te ocurre hacer. De ahí sale lo creativo y lo espiritual. También resulta importante saber convivir con todas las cosas desagradables de la vida y ver cómo se integran. Trabajar sobre uno mismo es permanente para lograr convivir con lo que soy, asimilar mis luces y sombras, mis duelos, heridas, asimilar las pérdidas. También el silencio puede ser útil, sobretodo en estos tiempos, puedes trabajar en definir qué es lo más importante para ti», concluyó.
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