El aceite de oliva además de ser un acompañante por excelencia en ensaladas y platos calientes, también puede emplearse con mucha utilidad como conservante.
Este líquido consigue al extraer el líquido que se encuentra en las aceitunas maduras de entre seis y ocho meses, justo en el momento que contienen su máxima cantidad de aceite.
Se considera la grasa más saludable debido a su gran contenido en ácido oleico. Ciertamente no es el producto más económico, pero sus ventajas equilibran el gasto.
Cabe destacar que, el aceite de oliva no pierde sus propiedades con las altas temperaturas a la hora de cocinar y aumenta su volumen al calentarse, lo que hace que se requiera de una menor cantidad, es decir, rinde más.
Por otra parte, la cantidad de antioxidantes naturales que posee el aceite de oliva le convierte en un medio adecuado para ser empleado en la conservación y maduración de algunos alimentos.
Algunos ejemplos se pueden encontrar en el atún en lata, los quesos, algunos productos del cerdo como sus embutidos.
Esto quiere decir que, también sirve para conservar las hierbas finas. Este método es muy usado por grandes cocineros.
Hierbas frescas en aceite de oliva
Aproveche las hieleras para esta técnica y coloca un poco de hierbas en cada cubeta.
Puedes trocear con las manos orégano, perejil, tomillo y romero. Llénalas casi por la mitad.
Luego, agregar el aceite de oliva hasta cubrir. Tapa con papel film y procede a colocar las hieleras en el refrigerador como de costumbre.
Una vez pasado el tiempo, puedes sacar los cubos con hierba y aceite de oliva para almacenarlos en una bolsa con cierre hermético.
Así los tendrás a la mano a la hora de cocinar, añadiéndolos a una sopa o para fundir a la sartén.
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