Lo que comenzó como una simple curiosidad de niña, se convirtió en una pasión en la cual los hilos y las telas son los personajes principales. Con apenas 13 años, Ana Sofía Benítez de López deseaba hacer vestidos, teniendo como cómplice su máquina de coser, es por esto que al paso de los años son innumerables los hechos que puede relatar.
Con una particular sonrisa que habla de su buen sentido del humor, a sus 86 años la señora Ana Sofía sigue activa en su labor de costurera. Evocando recuerdos, entre los cuales se encuentra la confección del primer vestidito que usó y que confeccionó a la perfección siendo apenas una pequeña.
A sus 19 años contrajo matrimonio y aunque en principio su esposo no dejaba que cosiera para personas distintas a su familia, el desempleo y 5 niños que rápidamente tuvieron, dejaron ceder esta decisión del señor López, aunque no por mucho tiempo, pues al conseguir un nuevo empleo la historia volvió a ser la misma.
La dama continuó realizando los vestidos para ella y sus hijas en la comodidad de su hogar, así todas fueron creciendo y contrayendo nupcias ataviadas con los hermosos diseños que realizaba su madre.
Difíciles momentos superados con sabiduría
Tras la alegría de ver a sus hijas formar sus vidas, la embargó una gran tristeza pues una de ellas decidió irse del país, lo cual generó un cuadro depresivo en Ana Sofía, que la llevó a buscar ayuda de un especialista, quien le recomendó salir de la casa y realizar actividades recreativas. Movida por la pasión de la costura pidió a su esposo alquilar un local comenzando así de lleno su propio negocio.
Solo vestidos de dama bien sea de novia, primera comunión, confirmación, quince años, y fiestas en general fueron el motor de arranque de su taller, entre clientes y placenteras conversaciones de costura pasó la tristeza de no ver a su hija.
Tiempo después Sofía como todos la conocen cariñosamente le tocó atravesar por un profundo luto, cuando le tocó despedir a su madre y a su esposo “quedando en el aire” como ella misma lo definió.
Esta despedida despertó una curiosa creencia en la señora Sofía, pues un día al abrir su negocio se encontró con dos grillos, que ella calificó de su esposo y madre, creencia que ha trascendido de tal forma que en todas las navidades y fechas importantes para su familia estos particulares animalitos la acompañan.
¡Vestidos para la virgen! Una cultura cargada de fe
La señora Ana Sofía es conocida en toda la entidad carabobeña por encargarse de los vestidos de la virgen de Nuestra Señora de la Begoña, ubicada en la iglesia que lleva su nombre en el municipio Naguanagua.
Esta bonita tradición comenzó cuando una vecina se acercó hasta la señora Sofía y le preguntó si podía hacerle un vestido a la virgen que ella había ofrecido, a lo que respondió “tú estás loca”, pero luego de salir de su asombro y consultarlo con el sacerdote pues aceptó el reto.
Desde entonces distintas personas se comenzaron a acercar para que fuese ella quien le confeccionara los trajes a la virgen, siendo tanto el auge que fue nombra por Monseñor Reinaldo del Prette presidenta vitalicia de la Asociación Nuestra Señora de la Begoña.
Ya son 56 años dedicada a esta tradición y cada año la virgen estrena un nuevo vestido, incluso mensualmente es cambiada de atuendo, los cuales ya son más de 100.
La señora Ana Sofía, es sinónimo de perseverancia y cultura tanto en el municipio Naguanagua como en todo el estado Carabobo y espera que la bonita tradición del 15 de agosto cuando la virgen de la Begoña luce todo su esplendor, convirtiéndolos en milagros se mantenga por cientos de años.
“La virgen para mi es todo y la vestiré hasta el día que Diosito me necesite”.
Redacción : José Eduardo Echeverría / Noticias24 Carabobo