Hoy se celebra el Día Mundial de Acción para la Supervivencia Infantil. En la “Declaración mundial sobre la supervivencia la protección y el desarrollo del niño”, Unicef señala que “día a día, innumerables niños de todo el mundo se ven expuestos a peligros que dificultan su crecimiento y desarrollo.
Asimismo, padecen grandes sufrimientos como consecuencia de la guerra y la violencia; como víctimas de la discriminación racial, el apartheid, la agresión, la ocupación extranjera y la anexión; también sufren los niños refugiados y desplazados, que se ven obligados a abandonar sus hogares y sus raíces”.
Otros factores que afectan la niñez son la desnutrición, la falta de agua potable, así como la propagación de enfermedades fácilmente prevenibles que matan cada día a 40.000 niños en el mundo.
Según Unicef, la humanidad cuenta ya con los medios y los conocimientos suficientes como para “proteger la vida y mitigar considerablemente los sufrimientos de los niños, fomentar el pleno desarrollo de su potencial humano y hacerles tomar conciencia de sus necesidades, sus derechos y sus oportunidades”.
Sin embargo, el problema de la mortalidad por malnutrición y patologías prevenibles persiste y las proyecciones para millones de niños tampoco son mejores. “Hay más de 100 millones de niños que no reciben instrucción escolar básica y dos terceras partes de ellos son del sexo femenino”.
Unicef añade que la posibilidad de supervivencia de un niño es todavía hoy muy diferente según el lugar donde nace. África Subsahariana tiene la mayor tasa de mortalidad en menores de cinco años en el mundo: un niño de cada 12 muere antes de cumplir los cinco años, una tasa 12 veces superior a la media, que en los países de altos ingresos se sitúa en un niño fallecido de cada 147.
Pero a pesar de los bajos ingresos, Eritrea, Etiopía, Liberia, Madagascar, Malawi, Mozambique, Níger, Ruanda, Uganda y Tanzania han cumplido con la meta de los Objetivos del Milenio.
Con información de Unicef