La cárcel de Valencia tiene una historia fuerte, triste y dolorosa, la misma era de máxima seguridad. Y una de las más temidas de lo que era el centro del país en aquellos años cincuenta como sesenta.
Los días domingos desde tempranas horas de la madrugada llegaban las personas para la visita a los presos. La larga cola de asistentes se notaba desde las otras calles adyacentes en el centro de valencia.
Lo llevado por parte de los familiares a los presos era altamente revisado, como se escuchaban los gritos de los custodios desde el recinto. Muchas personas venían a solicitar información de las personas detenidas.
Era común que los domingos el transporte en la ciudad comenzara a laborar más temprano con el fin de llevar a las personas hasta la prisión de la capital carabobeña. Muchos llegaban a pie desde las casas cercanas.
La cárcel de Valencia
La misma era de ambiente tenebroso, ya que la fachada era completamente de color gris. Encima un asta de bandera, el pabellón patrio solo ondeaba los días feriados, en aquella Valencia de antes.
“Esta estaba ubicada en el cruce de calle Libertad con Carabobo, totalmente pintada de gris y diagonal a la Unidad Sanitaria (hoy INSALUD) detrás del «foyer’ del Teatro Municipal”; cuenta María Teresa Ortega.
Al lado de la cárcel estaba el Cuartel Anzoátegui el cual fue demolido. Hoy en el terreno donde estaba la cárcel está la biblioteca Manuel Feo la Cruz.
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