Clarivel y Daniel discutían aquella Semana Santa del 2009, un poco más de la medianoche, el extraño caminante por la vereda parecía acercarse. La joven había descubierto unos mensajes en el celular de su pareja.
“Yo no sé quién te está escribiendo pero lo voy a descubrir”, decía la estudiante de Contaduría de la UC. Mientras Daniel estaba viendo al final de la vereda… ¿Qué miras tanto para allá?, le gritaba Clarivel.
Daniel estaba de frente al sur de una de las veredas en una de las urbanizaciones de Valencia. “Cálmate, vamos a meternos que aquel tipo que viene allá me da mala espina”, le dijo a la joven.
A lo lejos se veía a un sujeto alto caminando, el cual estaba de espaldas a la luz pero lo más extraño eran los pasos. La joven al voltear se queda pálida, y se sorprendió de lo que veía. ¡Pero es como si flotara!, dijo.
En una distancia de 25 metros este caminaba con las manos metidas en una chaqueta. Ambos corrieron y se metieron al garaje de la casa. Daniel no tuvo oportunidad de cerrar completo una de las puertas, apenas si pudo pasar la cerradura.
El extraño caminante por la vereda
Estos apagaron la luz del garaje, mientras esperaban que el extraño caminante pasara por el lugar. La chaqueta de jeans, roída… parecía una de las chaquetas que se utilizaban en los años sesenta.
No lograron verle el rostro, este iba caminando con la cara fija hacia al frente, ni volteó a verlos. Pero les pareció muy extraño lo que acababan de ver… era como si una persona de otro tiempo caminara por el lugar.
Ambos respiraron luego que el hombre pasó por la vereda, estaban temblando del miedo. Pero aun siguen sin descubrir quién fue el misterioso sujeto que pasó aquella noche por la vereda.
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