La historia criminal estadounidense siempre recordará al matataxistas Carey Dean Moore como el criminal que ejecutaron con fentanilo, la droga preferida de los narcos.
Moore fue uno de los condenados que más años pasó en el corredor de la muerte. El inusual método para su ejecución desató polémicas e incluso un conflicto internacional.
Las autoridades del estado de Nebraska lo condenaron a muerte por asesinar a dos taxistas en 1979. Pero estuvo 38 años a la espera de la inyección letal.
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Para acabar con sus andanzas utilizaron un coctel de drogas, entre ellos Fentanilo, el opiáceo preferido de los narcos mexicanos. Se trata de una sustancia Es 50 veces más poderoso que la heroína y hasta 100 más que la morfina. Además es la droga que cada año provoca miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.
Al conocerse la ejecución del matataxistas el 14 de agosto de 2018 se supo que le suministraron un coctel. La mezcla contenía diazepam, cisatracurio, cloruro de potasio y fentanillo.
Luego el El fabricante alemán de dos de las drogas, Fresenius Kabi , demandó al estado de Nebraska. La compañía solicitó una orden de restricción para detener la ejecución, porque la ley de la Unión Europea prohíbe que las empresas alemanas suministren productos farmacéuticos que se utilizan para la pena capital. Asimismo el fabricante afirmó que las autoridades de Nebraska habían adquirido las drogas por fraude.
La larga espera del matataxistas
En 2007, el matataxistas Moore estuvo a punto de ser ejecutado en la silla eléctrica. Durante casi cuatro décadas mientras esperaba su ejecución su muerte parecía inminente, pero luego todo se desvanecía.
Todos los días se levantaba en la prisión de Nebraska, pero no le tocaba su turno. En mayo de 2015 se creyó que el matataxistas se había salvado. Los legisladores locales votaron para eliminar la pena capital. Al año siguiente los votantes, con una mayoría del 61%, decidieron establecer la pena capital para los asesinos.
En mayo de 2007 a Moore lo tenían listo para sentarlo en la silla eléctrica. Sin embargo, una semana antes de electrocutarlo la Corte Suprema de Nebraska ordenó paralizar el proceso. Los jueces de esa instancia evaluaban la constitucionalidad de esa forma de ejecución.
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Después el matataxistas decidió renunciar a sus apelaciones para evitar su muerte. Estaba decidido de dejare este mundo. Decía que estaba cansado de la soledad de la celda.
Coctel de la muerte
El fentanilo es una de las drogas que los narcos mexicanos envían por toneladas a Estados Unidos. Les deja millonarias ganancias cada año.
El día de su muerte le inyectaron cloruro de potasio (para detener su corazón), cisatracurio (un bloqueador neuromuscular), diazepam (un sedante) y fentanilo (un opiáceo que ayudaría a dejarlo inconsciente). El matataxistas ni cuenta se dio cuando se libraron de él.
La ejecución de Moore es la primera vez que se usa en un caso de pena capital el fentanilo. Esa poderosa droga que lidera la lista de fármacos responsables de muertes por sobredosis. La droga sólo en 2016 acabó con la vida de 63.000 consumidores.
A Moore le llegó la hora cuando menos la esperaba. Había confesado el asesinato de dos taxistas para robarlos y comprar marihuana. Murió como le gustaba andar, drogado.