miércoles, diciembre 11, 2024
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El sueño del venezolano Pardo duró unos segundos por un esquí mal fijado en Sochi

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IOTA Latino
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Foto: Archivo

(Valencia, 18 de febrero. AFP) «Bravo Antonio». Una pancarta con la bandera de Venezuela se distinguía a la salida del Centro Alpino de Sochi, donde Antonio Pardo, solo hizo un tercio del recorrido, al soltarse una fijación de su esquí. Al caraqueño le duró unos segundos su experiencia olímpica.

Pardo, de 43 años, fundador de la federación de esquí de su país, era el quinto venezolano en participar en unos Juegos de Invierno y el primero en esquí alpino, salió en último lugar en la primera manga de las dos del eslalon gigante, con el número 109.

Se le fue un esquí, se cayó y rodaron por el suelo sus ilusiones de terminar. Ni siquiera podrá correr la segunda manga.

«Ha sido maravilloso poder competir en este escenario con los mejores esquiadores del mundo, con un día precioso. Las condiciones eran las mejores. Hice todo lo posible. Desgraciadamente no pude ganar la medalla de oro, pero hice todo lo que pude», relató, sonriente, el venezolano.

«Se me salió la fijación del esquí y no pude hacer nada. Si hubiese sido culpa mía bueno, pero algo técnico me da mucha rabia», explicó.

La eliminación temprana no apagó su euforia olípica. Su acreditación estaba repleta de pines de organismos y federaciones que había ido recolectando desde su llegada a Sochi. Antonio Pardo estaba ávido de vivir su experiencia olímpica al cien por cien, sin que la eliminación pareciera hacerle mella.

«Tuve un buen recibimiento del público. Le tuve mucho cariño a la gente. Me dieron alegría todo el tiempo, la alegría se contagia y amor con amor se paga», explicó.

Esperándoles estaba su esposa suiza, dos de sus hijos, Antonio, de 13 años, y Pepino, de 11 y sus padres. Su hija mayor, Victoria, se quedó en Suiza, estudiando.

Antonio Pardo tuvo un recuerdo para sus compatriotas en unos momentos en que la situación no parece fácil en Venezuela.
«Los Juegos se hacen cada cuatro años y la fecha yo no la elijo. Había entrenado muy duro bastantes años para participar aquí y no estaba previsto que lo está ocurriendo en Venezuela ocurriera en este momento. Yo no puedo cambiar la historia de lo que está pasando en Venezuela», dijo.

«Lo único que puedo hacer es mandar un mensaje de optimismo de que los sueños son posibles y que se pueden realizar. Transmitirle alegría a mi país que está pasando tantos momentos difíciles. Como me han dicho muchos fans en mi twitter yo soy una buena noticia dentro de tantas malas que ellos tienen», añadió.

«Soy corredor de bolsa, pero la situación económica cambió en Venezuela para los corredores de bolsa y me fui a Suiza, de donde es mi mujer, y he estado trabajando los últimos años allí en el sietema financiero», relató.

Antonio Pardo reparte su tiempo entre Suiza y Venezuela. Su hija mayor estudia en Europa y los dos pequeños en su país. El esquiador, tras la ceremonia de clausura pasará un par de días en Suiza y el 28 de febrero viajará a Caracas.

Pardo se calzó por primera vez unos esquíes con 18 años en Saint Moritz, para luego perfeccionar su afición en ese país europeo, Austria y Canadá.

Ahora su apuesta personal es hacer más popular la competición de esquí en su país, donde, asegura Pardo, hay 10.000 practicantes.

«Realizamos el primer campeonato nacional de Venezuela el año pasado en agosto y en septiembre el primer campeonato nacional infantil en Courchevel (Francia). La idea es seguir realizando los campeonatos nacionales todos los años. Espero que en los Juegos Olímpicos de Invierno de Corea del Sur tengamos un representante», explicó.

«Ahorita son pocos los practicantes en Venezuela. Hay 10.000 esquiadores que practican todos los inviernos. De forma competitiva solo cuatro. Viajan en el invierno. Unos van a Bariloche en Argentina, otros a Francia, otros a Colorado en Estados Unidos. Te encuentras muchos venezolanos en las estaciones de esquí», indica.

En su biografía en los Juegos Olímpicos, se dice que sufrió un tumor cuando tenía ochos años, que le paralizó una parte de su cuerpo y que tuvo que aprender de nuevo a andar.

«Es completamente falso. No sé de dónde sacaron eso. Todavía sale y eso que he mandado muchas cartas y reportes. No quiero que sientan lástima de mí, pero la realidad no es esa y solo me gusta trasmitir la realidad», explicó.
El sueño olímpico duró unos segundos pero su sonrisa era de medalla de oro.

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