Luego de que Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, había anunciado el inicio de la construcción de una pared en toda la frontera con México, Enrique Peña Nieto canceló su viaje.
Enrique Peña Nieto, presidente de México, canceló este jueves el viaje que iba a hacer a Estados Unidos para reunirse con el presidente Donald Trump, según anunció en su cuenta de Twitter.
El primer mandatario estadounidense había tuiteado, horas antes, una advertencia: «Si México no quiere pagar el muro que necesitamos tanto, mejor que cancele su próxima visita», en relación a su orden de que el país vecino financie su construcción. Peña Nieto respondió por el mismo medio.
«Lamento y repruebo la decisión de Estados Unidos de continuar la construcción de un muro que desde años lejos de unirnos, nos divide (…). Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro», había advertido el presidente mexicano. De hecho, en respuesta a los decretos de Trump, Peña Nieto ordenó que los 50 consulados mexicanos en Estados Unidos refuercen sus medidas de protección para que se conviertan «en auténticas defensorías de los derechos de los migrantes» mexicanos.
Desde que asumió el mando, Donald Trump lanzó una embestida contra la comunidad latina. Con apenas tres días en el poder, dio de baja la web en español de la Casa Blanca. Luego, el magnate fue más allá: ayer informó que comenzaría a construir un muro en toda la frontera con México para controlar estrictamente la inmigración, reforzando su slogan de campaña de que lo pagaría el país latino.
«Hemos hablado de esto desde el comienzo», dijo Trump al firmar una de las dos órdenes ejecutivas sobre seguridad fronteriza y migración. Este plan incluye la creación de nuevos centros para detener inmigrantes no autorizados en la frontera sur y la reactivación de un programa federal para agilizar deportaciones.
La frontera con México tiene 3.200 kilómetros de largo y, en un principio, la idea de Trump parecía una exageración de su campaña para atacar la inmigración ilegal. La propuesta es polémica y despierta el repudio de organizaciones de otros países latinoamericanos, además de organizaciones de derechos humanos.
Con información de Clarin