(Valencia, 04 de enero. AVN) Feligreses ya pueden tocar el trono de la Divina Pastora, luego de la tradicional bajada de la virgen desde lo más alto del altar de la iglesia de Santa Rosa hasta los pasillos del santuario.
La imagen de la virgen vestida de blanco ilumina toda la iglesia. La virgen de sombrero, niños Jesús en su regazo, con bastón en brazo izquierdo, rodeada de ovejas y de flores es contemplada de día y de noche por decenas de devotos que llegan a este recinto religioso para contemplar su imagen, antes de la procesión el próximo 14 de enero.
Ana Isabel Roa, quien vive en el caserío Guayabal del estado Portuguesa, estado vecino de Lara, vino este año a conocer por primera vez la imagen de la Divina Pastora.
Este culto «siempre me ha atraído y he decidido, por primera vez, venir a conocer la imagen», indicó Rojas, quien llegó a la iglesia en compañía de su madre, Catalina Roa. Ambas llegaron al trono de la Divina Pastora, se arrodillaron y le rezaron durante un largo rato.
Agregó que ha «leído sobre muchos milagros de esta virgen y por esa razón, en buena parte, he venido a pedirle a la Divina Pastora por la salud de mi madre», que atraviesa por una enfermedad.
La procesión de la virgen Divina Pastora es la manifestación religiosa más multitudinaria de Venezuela y una de las más grandes de América Latina, junto a las actividades que en honor a la virgen de Guadalupe se realizan en México.
Se trata de un peregrinaje de más de 2 millones de personas que se efectúa de la iglesia del pueblo de Santa Rosa, ubicado entre Barquisimeto y Cabudare, hasta la catedral de la capital larense.
Este trayecto, que lo transita la virgen sobre los hombros de su pueblo, se inicia cerca del mediodía de cada 14 de enero y culmina a primeras horas de la noche en la Catedral de Barquisimeto.
El peregrinaje es acompañado por cantos, alabanzas y plegarias por parte de los feligreses. Muchos cumplen promesas vestidos de pastores y nazarenos. Algunos caminan descalzos, mientras otros lo hacen hasta de rodillas.
