(Valencia, 13 de febrero. AFP) El Gobierno Nacional reportó normalidad en el suministro de divisas al entrar en vigencia este miércoles la devaluación del bolívar, que pasó de 4,30 a 6,30 por dólar, informó el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani.
«El régimen cambiario continúa en el sistema administrado de divisas. (…) Ya la política se modificó con esa tasa de 4,30 a 6,30. Estamos operando en completa normalidad durante todos estos días», dijo Giordani al canal oficial VTV.
El decreto de modificación del tipo de cambio – que implica una devaluación de casi 32% -, se hizo efectivo al ser publicado en la Gaceta Oficial, luego de que el viernes el gobierno anunciara la medida, la primera de su tipo desde 2010 y muy esperada por los analistas.
Según el Ministro, la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), que entrega dólares a empresas y particulares «está funcionado adecuadamente».
Además señaló que el recién creado Órgano Superior para la Optimización del Sistema Cambiario, compuesto por el Gobierno y el Banco Central de Venezuela para evaluar las prioridades de asignaciones de divisas, e instalado el sábado, «ya empezará a sugerir y dar recomendaciones».
A partir de ahora, Cadivi será el único mecanismo para obtener divisas, tras la eliminación del Sitme, un sistema que permitía un tipo de cambio secundario fijado en 5,30 bolívares por dólar y que era muy usado para importaciones de bienes no prioritarios.
Los venezolanos, que viven bajo un férreo control de cambio desde 2003, salieron de compras de electrodomésticos o boletos aéreos durante el asueto de Carnaval para proteger su dinero de una subida de precios tras la devaluación, pese a los desmentidos del gobierno.
El ministro de Industria, Ricardo Menéndez, aseguró que «es falso» que «como hay un ajuste cambiario entonces deben ajustarse nuevamente los precios de todos los productos».
Analistas aseguran sin embargo que la medida tendrá un impacto negativo en la inflación del país, que cerró en 20,1% en 2012 y es la más alta de la región, por el encarecimiento de las importaciones, de las cuales el país suramericano es muy dependiente.