Este amigable gatito vivía a las afueras del desierto en California. Las personas eran muy amables con él, le daban agua, comida, y mucho amor. Lamentablemente su vida cambió por completo, cuando por razones que se desconocen, alguien le tiró en la cabeza ácido; ocasionando que el animal perdiera un ojo.
El veterinario que vio el caso del animal sugirió sacrificarlo. Una mujer de buen corazón luchó para que esto no ocurriera, y contactó a una fundación donde se dedican a ayudar a gatitos con discapacidades, y le dan el amor que tanto necesitan.
Es por esto que, decidieron acoger a esta mascota, le dieron los antibióticos que necesitaba tomar por un mes, le hicieron la cirugía de piel y mucho apoyo para su recuperación.
Ahora es un gatito feliz. Ronronea cuando quiere cariño, y le encanta que la gente le de mucho amor, definitivamente este animal le dio una segunda oportunidad a los humanos.
Con información de Upsocl