Dylan Rosnick, de Loudoun (Virginia, EE.UU.), quien padece una rara enfermedad congénita, nunca imaginó que su condición no le impediría ser un jugador de béisbol, sino que le ayudaría como una inusual ventaja.
Rosnick de 18 años, nació con el Síndrome de Proteus, una condición que causa crecimiento excesivo de la piel y el desarrollo anormal de los huesos, que provocó que tres de los dedos en su mano izquierda y derecha sean mucho más largos y anchos en comparación con los otros.
Según ‘The Washington Post’, el jovencito tuvo dificultad desde pequeño para llevar a cabo labores tan simples como amarrarse los zapatos, abotonarse la camisa o cepillarse los dientes.
La asimetría de sus manos nunca fue un impedimento para hacer realidad su deseo de convertirse en lanzador de béisbol. Así, su padre, quien también le enseñó a lidiar con la enfermedad, le fabricó un guante de béisbol a medida y lo animó a entrenar como cualquier otro de sus compañeros de equipo desde los seis años.
Pese al esfuerzo de Dylan, sus lanzamientos eran inexactos y mucho más lentos que los de un lanzador promedio porque sus grandes dedos tenían poca fuerza para agarrar la bola y reducían su velocidad. Sin embargo, el novato jugador descubrió que si aplicaba presión a la pelota de cierta forma con esos mismos dedos, era capaz de producir tiros curvos y movimientos inusuales que confundían a los bateadores.
Joe McDonald, entrenador de la escuela secundaria de Rosnick, notó la particularidad del joven y decidió probarlo como lanzador de relevo con muy buenos resultados. Posteriormente, fue seleccionado por los entrenadores de la Conferencia de Virginia para participar en el segundo equipo de la división, obteniendo un muy buen promedio de rendimiento.
Actualmente, Dylan planea estudiar en la Universidad Cristopher Newport (Virginia), con la esperanza de encabezar el equipo de la institución y ¿Por qué no? Llegar a firmar con un gran equipo de béisbol en su país.
Con información de Actualidad RT