Dos jóvenes, un adolescente de 17 años y un muchacho de 20 años, a quien identificaron como Luis Fuentes, llegaron con las manos llenas de sangre, las muñecas amarradas y un letrero colgado en el cuello, llegaron al ambulatorio rural tipo 2 de la población de El Manteco, estado Bolívar.
Ninguno de los dos tenía dedos en las manos. Los médicos después de atenderlos avisaron a las autoridades y una comisión del Centro de Coordinación Policial de El Manteno, acudió.
Lo único que encontraron los oficiales fue el letrero con el que llegaron los heridos. Ellos iban en camino hasta Upata en un carro particular, debido a que en el centro de salud no podían ayudarlos. Era la 1:00 de la tarde del pasado domingo.
Después de anotar sus nombres y escuchar la versión que dieron a los doctores, los funcionarios observaron el letrero que trajeron los heridos. El cartel decía: “Por robar el oro y matar un cristiano”.
Rápidamente iniciaron un despliegue policial por la zona en busca de algún fallecido. Sin embargo, no hallaron a nadie. En ningún centro de salud reportaron ingresos de personas muertas. Tampoco informaron a otros organismos de seguridad, por lo que los uniformados se quedaron con el relato de los muchachos.
Ladrones
De acuerdo con la versión que dijeron, Fuentes y el adolescente trabajaban en la mina El Supamo, ubicada a ocho horas en lancha desde El Manteco. Contaron que unos delincuentes los interceptaron cuando venían hacia la población. En su versión, los sujetos los atacaron a cada uno con machetes y les cortaron los cincos dedos de ambas manos.
Además, aseguraron que les robaron el oro que tenían, los subieron a un vehículo y los trasladaron hasta el ambulatorio para que los curaran. Los muchachos no ofrecieron detalles de los asesinos, ni del automóvil. Según las autoridades, ingresaron al hospital Gervasio Vera Custodio, en donde los estabilizaron.
Con información de Mundo Oriental