Durante la Semana Mayor, los feligreses celebran la vida, pasión , muerte y resurrección de Jesucristo, festividades que marcan el inicio pascual desde el Domingo de Ramos hasta el día de Resurrección del mesías o Domingo de Gloria.
El Jueves Santo, la iglesia y seguidores religiosos conmemora la última cena de Jesús de Nazaret con sus discípulos, la institución de la eucaristía y del orden sacerdotal, así como el lavatorio de pies.
En la mañana del jueves Santo, en todas las catedrales de cada diócesis, el obispo reúne a los sacerdotes en torno al altar y, en una misa solemne se consagran los Santos Óleos que se usan en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos.
En la misa vespertina, antes del ofertorio, el sacerdote celebrante toma una toalla y una bandeja con agua y lava los pies de doce varones, recordando el mismo gesto de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena.
Ultima Cena Apostal
Como última cena se conoce la comida que en celebración de la pascua, compartió Jesús con sus discípulos. En ella instituyó la eucaristía, en la cual Cristo deja su cuerpo y sangre transustanciados en pan y vino, tal como relata Lucas: “Entonces tomó el pan y, habiendo dado las gracias, lo partió y les dio, diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria mía’. Asimismo, tomó también la copa, después de que hubo cenado, diciendo: ‘Esta copa es el nuevo convenio en mi sangre, que por vosotros se derrama’” (XXII: 19-20).
Lavado de los pies
Como lavatorio de pies del Jueves Santo se denomina el evento en el cual Jesús, como un acto de humildad, lava los pies a sus discípulos, con la finalidad de dar un ejemplo de amor y servicio a los semejantes. De allí se desprende el mandamiento que Jesús hizo a sus discípulos: que debían amarse y servirse unos a otros.
Visita a los siete Templos
Como parte de las celebraciones del Jueves Santo se acostumbra a visitar los siete templos o iglesias, que se puede realizar entre la noche de Jueves Santo y la mañana de Viernes Santo. Su finalidad, como tal, es agradecer a Jesucristo el don la de eucaristía y el sacerdocio, que instituyó aquella noche.
Con información de Catholic