La leyenda de la Casa Amarilla de Caracas es una de las más conocidas, esta edificación ha sido por décadas un edificio gubernamental. Ahora es la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, mejor conocido como la Cancillería.
Pero dentro esta guarda muchas historias de lo que fue un misterioso fenómeno. En 1887, el doctor Diego Bautista Urbaneja se había quedado trabajando en el lugar. El reloj de Catedral marcaba las 11:30 de la noche, ya próxima a entrar la madrugada.
Al doctor Urbaneja le pareció extraño, estaba trabajando hasta tarde en su despacho ubicado en la Casa Amarilla. En a edificación ubicada en las esquinas de Monjas y Principal. Una lámpara de gas se apaga súbitamente dejando a Urbaneja sorprendido.
Este mandó a encenderla nuevamente y reinicia de nuevo su trabajo de revisar documentos pero nuevamente la lámpara vuelve a apagarse. El fenómeno se repitió tantas veces que rebasa la paciencia del doctor Urbaneja que decide irse de la oficina.
La leyenda de la Casa Amarilla
Urbaneja respiró profundo, ya que no quería pensar quien estaba apagando la lámpara. Al otro día conversando con el portero, este le contó lo sucedido con la lámpara. El portero le respondió que había un fantasma en la Casa Amarilla.
Ya con el tiempo la leyenda se fue haciendo más famosa, por supuesto hay que recordar que antes que esta fuera asignada como una edificación gubernamental; fue una prisión de tortura. Allí mismo los que morían eran enterrados entre pasillos y sótanos.
Esta edificación ya en el siglo 20 los vigilantes contaban que se escuchaban pasos en los pasillos. Como quejidos de enfermos en horas de la madrugada. Aun y cuando llegó el modernismo y la electricidad, la historia del fantasma se mantiene.
Ya que este supuestamente apaga las lámparas, las cuales permanecen encendidas en horas de la noche.
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