Eran las dos de la madrugada cuando Martín observa a una mujer en la estación del Metro de Caracas. Era ya tarde en la estación Colegio de Ingenieros cuando ve a una mujer en el pasillo dirigiéndose abajo a esperar uno de los vagones.
Martín tenía dos días trabajando en el lugar, y se sorprende… “a esta hora nadie puede estar allí”. Prefirió acercarse por el pasillo, se sorprendió ya que la mujer llevaba una blusa como la cartera y el pantalón parecía no ser de estos tiempos.
“No sé mucho de modas, pero todo lo que lleva esa mujer parece antiguo”. La dama caminó normal, no le vio el rostro mientras esta caminaba hacia la parte baja por las escaleras y luego enfilando al pasillo.
Se sorprendió por cómo iba vestida ya que parecía de otra década, igual que el peinado que esta llevaba. ¡Disculpe!, ¡por favor!, pero la mujer no contestó, incluso ni siquiera volteó… ¿qué raro?, dijo Martín.
Tomo el radio, para avisar a las personas que estaban abajo, pero nadie agarró el mismo, estos se habían ido a otra estación. Martín apuró el paso para poder llegar a la parte baja de la estación del subterráneo.
Una mujer en la estación del Metro
Este llegó abajo, pero se sorprendió cuando vio que todo estaba solitario. Incluso no había rastros de nadie en la estación a esa hora. El reloj señalaba las 2:!3 de la madrugada, todo estaba en un gris silencio.
Martín revisó, subió, dio vueltas por los pasillos y no encontró a la mujer que había visto. Era como si esta hubiese desaparecido en el lugar, “yo la vi”, decía el vigilante buscando por los pasillos.
Las leyendas según la historia en el Metro reinan precisamente en la estación Colegio de Ingenieros. Donde se dice que hay una novia que sale en el lugar como también una mujer que sale en los pasillos y en la parte del subterráneo.
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