La leyenda del hombre de la dentadura de oro es muy conocida en Maracay, estado Aragua. En el centro de la “Ciudad Jardín”, estaba un comerciante quien en vida era amante del oro. Cadenas, yuntas, anillos, esclavas y su reloj era del metal precioso.
Toda la dentadura de la parte delantera era completamente de 24 quilates, para esos años setenta y ochenta eso se veía mucho. De hecho, el hombre nunca llegó a ser un mal comerciante llegó a ser una persona muy querida.
Cuenta la gente que este era dueño de un almacén muy grande en el centro de la capital aragüeña. Allí precisamente daba mucho trabajo a las personas, estudiantes, abuelos, mujeres trabajaban allí.
Un día alguien le preguntó… ¿Cómo haría el día que muriera con el oro que llevaba encima?. Este contestó en una tarde de agosto, bajo una lluvia entre truenos y relámpagos que si alguien tocara su oro, el no lo dejaría en paz.
El hombre de la dentadura de oro
Precisamente cuando este falleció en temporada de invierno, la familia lo enterró sin importarle el oro. De hecho, las personas lo lloraron mucho ya que siempre fue dado con su familia.
Dice la historia que uno de los sobrinos armó un plan para profanar la tumba, y era precisamente por el oro que estaba allí. En efecto en una noche de luna llena el hombre decía en baja voz que era rico.
Nadie sabe como este entró al cementerio y abrió la tumba, sacando el oro del tío. Olvidando lo que este había dicho sobre el metal precioso. Hoy una de esas personas que circula por la ciudad jardín solitario y olvidado cuentan que es el sobrino del comerciante.
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