Raúl caminaba en la madrugada a las afueras de una ciudad, era un amante empedernido de las parrandas, el misterioso autobús de la rumba lo sorprendió. El mismo venía iluminado, y con un sonido que se rompía el silencio de la distancia.
Mientras esta se acercaba, Raúl se sorprendía, cada espacio de aquel autobús estaba decorado con colores llamativos, pero se sorprendió más del ambiente que tenía. Era una verdadera fiesta, hermosas mujeres estaban en la puerta de aquel Blue Bird de colores llamativos.
La curiosidad de Raúl fue mayor al ver los colores, las mujeres, el ambiente de fiesta y baile en la plataforma de aquel autobús. ¡Suba hombre que la vida es una sola!, le dijo el conductor al cual no logró verle la cara. «Pa’ luego es tarde», dijo y subió.
Las luces de neón entre fucsia, rojo, azul, verde y amarillo más aquel ambiente de baile y celebración le llamaban la atención aquella noche. “No puedes pasar toda la vida solitario, le dijo una bella morena que estaba en el pasillo.
La canción «Eres mi Sueño» de Fonseca sonaba a todo volumen, en aquellos instantes, sentía plena felicidad de estar dentro de aquella fiesta móvil. ¡Uh!, ¡uh! escuchaba en aquel misterioso bus. ¡Aquí se viene a vivir!, decían aquellas bellas damas.
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Mientras el bonche estaba prendido en aquel autobús, Raúl comenzó bailar, pero le llamaba la atención que a pesar de la gente a pocos le veía la cara. El conductor comenzó a acelerar mientras tomaba las curvas a alta velocidad.
El misterioso autobús de la rumba
Raúl en aquellos instantes sentía como la velocidad estaba apoderaba del bus decorado. “Como que va a alta velocidad”, le dijo al conductor, el cual no le respondió. El hombre aceleraba en instantes en las curvas.
Fue cuando se colocó más nervioso, y vio como la fiesta seguía, pero el bus seguía a una alta velocidad. «Disfruta vale… que a eso viniste», pero a pesar de eso veía como el ambiente se iba oscureciendo…
Su respiración se iba acelerando y veía como el autobús iba cada vez más rápido… Sintió como se iba entre aquella extraña rapidez del bus. «Es el momento de bajar»… saltó y quedó entre unos matorrales.
La leyenda del bus del bonche o de la rumba es una de las más sonadas de un país del continente. Unos consideran que es verdadera, mientras otro grupo destaca que el mismo es un invento para frenar a los parranderos.
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