El cadáver identificado como Rafael Gutiérrez, fue allanado y profanado de su propia tumba en el Cementerio Municipal de Puerto Cabello, estado Carabobo, donde en el lugar solo quedo el cráneo y mandíbula.
Hace aproximadamente dos semanas la nieta del difunto, María José González, habría visitado el cementerio donde fue enterrado su abuelo junto a su familia, y cuando fue, noto que todo estaba normal.
Sin embargo, el domingo 12 de mayo, cuando nuevamente acuden al camposanto notaron que el ataúd de su abuelo había sido violentado.
La nieta al ver esta escena, aclaró que no quedaba nada a excepción del cráneo y mandíbula. La nieta indignada dijo: “la profanación es un delito previsto y sancionado en el código penal”. “Solo Dios sabe con qué intención lo hicieron”.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades competentes a avocarse a la solución del problema. Claramente, un delito y una falta de respeto para con los familiares y amigos.
González indicó que su abuelo en vida fue sindicalista de INP, secretario general del UTM del portuario Puerto Cabello y trabajador de Fedecámaras.
Profanación de tumbas
Sepulcros del Cementerio Municipal de Bejuma, así como también de la parroquia Chirgua; no se quedan atrás ante estos casos de “profanación de tumbas”, tras las diversas inseguridades nocturnas, han surgido diversos acontecimientos de personas “malsanas” que se han dedicado a profanar tumbas.
Hace aproximadamente un año, vecinos del sector La Colonia en Chirgua, denunciaron la profanación de un ataúd. Explicaron que en el interior de la tumba solo quedó la mandíbula del difunto; quien reposaba en el camposanto desde hace aproximadamente ocho años.
En ese cementerio no es la primera vez que profanan tumbas. Entre tanto en el camposanto de Bejuma, personas encargadas de ejecutar trabajos en los sepulcros; han conseguido en los espacios de la necrópolis, animales muertos, paños rojos y velones; objetos utilizados para prácticas de santería o brujería.