Un estudio encontró que limpiar la casa es tan malo para los pulmones como fumar un paquete de cigarrillos al día. Las mujeres se ven más afectadas que los hombres.
Los expertos evaluaron los pulmones de 6.235 mujeres y de algunos hombres en 22 centros. Se encontraron bajo evaluación durante 20 años. Para esto se les preguntó a los participantes si limpiaban su casa y con que frecuencia lo hacían, también si trabajaban como limpiadores profesionales, haciendo principal énfasis en la frecuencia en la que usaban productos de limpieza líquidos y aerosoles.
La investigación halló que las mujeres que limpiaban -ya sea tan sólo una vez por semana o como limpiadoras profesionales- tenían una disminución «acelerada» de la capacidad pulmonar. La disminución de la función pulmonar en ambos grupos fue comparable a fumar un paquete de 20 cigarrillos durante 10 o 20 años.
Los autores advierten que la limpieza para las mujeres «puede constituir un riesgo para la salud respiratoria». No se encontró ningún efecto en los pulmones de los hombres que hacían la limpieza, ya sea profesionalmente o como parte de sus tareas domésticas.
Los autores – liderados por investigadores de la Universidad de Bergen – dijeron que en muchos productos domésticos – incluyendo blanqueadores y amoniaco – es posible identificar la existencia de una variedad de potenciales irritantes de los pulmones.
A los participantes se les preguntó si usaban «aerosoles u otros agentes de limpieza». No se encontraron diferencias significativas entre el uso de aerosoles de limpieza y líquidos de limpieza – una sorpresa para los investigadores que esperaban que los aerosoles tuvieran más impacto en los pulmones.
“Las mujeres que limpian en casa o trabajan como empleadas domésticas han acelerado la disminución de su función pulmonar, lo que sugiere que las exposiciones relacionadas con las actividades de limpieza pueden constituir un riesgo para la salud respiratoria a largo plazo», afirmaron los autores del estudio.
Explicando los efectos médicos sobre los pulmones, los investigadores dijeron que «la inflamación de bajo grado durante muchos años podría posiblemente llevar a daño persistente en las vías respiratorias, alternativamente, el daño persistente podría resultar de la exposición continua después del inicio del asma relacionado con la limpieza».
Añadieron que estaba bien documentado que los «irritantes de las vías respiratorias como el amoniaco y la lejía» (ambos encontrados en productos caseros como la lejía y el limpiador de baños) causan cambios «fibróticos» en el tejido pulmonar, es decir, cicatrices en los pulmones.
Con información de El Sol