Los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) localizaron el cadáver de una maestra que fue enterrada en Vigirima, del municipio Guacara, del estado Carabobo. Tenía casi un año desaparecido.
El pasado 17 de febrero de 2022, comenzó el calvario para la familia Martínez; quienes recorrieron las calles de El Sisal entregando volantes con la foto de «Rebeca». Pues, tenía varios días desaparecida y la familia estaba preocupada.
Pero, casi a un año se resuelve el crimen de la maestra en Vigirima. Al parecer, el celular de ella había sido reactivado; luego de estar meses apagado.
Localizan el cadáver de maestra enterrada en Vigirima
Por lo cual, las comisiones policiales habían llegado a la calle La Vecindad en El Sisal. Y ubicaron la casa; donde supuestamente estaba el teléfono de la mujer. Por las investigaciones se llevaron a un hombre detenido.
Durante las pesquisas, los investigadores tenían a un principal sospechoso: «Jairo», el exesposo de Rebeca.
Estos primeros días del 2023, todo se revelaría, por desgracia, encontraron el cuerpo y efectivamente se trataba de la maestra. Era una vivienda sola que «Jairo» cuidaba e iba a limpiar, algunas veces por semana.
Los detectives hallaron el cadáver enterrado a un metro y medio aproximadamente de profundidad, al pie de un samán.
No había dudas. Se trataba de Maryuri Rebeca Martínez Cardoza, de 37 años de edad, a quien su familia y amigos conocían como «Rebeca». Tenía cuatro hijos, los dos menores con «Jairo», de quien se había separado hacía unos cinco años, reseñó la periodista Herbelizeth González.
Salió a hacer unas diligencias
La maestra Rebeca había salido a hacer unas diligencias personales. Pero, pasaban los dísa, y su padre decidió formular la denuncia ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Mientras, la familia buscaba sin cesar a Rebeca. Por su parte, «Jairo» buscó a los niños que estaban con su familia materna y se hizo cargo de ellos.
Al punto que se mostró como un excelente padre, pendiente de las asignaciones escolares de los pequeños, y presto a colaborar en la búsqueda de Rebeca. Siempre preguntaba si había nuevas noticias sobre el paradero de la mujer.
«Me fui para Los Teques»
Cuatro días después de la desaparición de Rebeca, al teléfono de su padre llegaron varios mensajes: «Me fui para Los Teques». Supuestamente, la docente había dejado todo en El Sisal para irse con una pareja a otro estado.
Después de esos mensajes, el teléfono de Rebeca lo apagaron, hasta los últimos días del mes de diciembre.
Ningún indicio
Todo indicaba que Rebeca se había ido de Sisal; porque nadie vio entrar a la maestra a la casa; y mucho menos escucharon un ruido.
Al parecer, los detectives no hallaron una osamenta, y se presume que Rebeca fue asesinada meses después. Tampoco percibieron un mal olor en los alrededores de la vivienda. “Jairo” la habría ahorcado.
Después del hecho, una patrulla de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) trasladó y escoltó a «Jairo» ante la posibilidad de ser linchado, mientras que la comunidad gritaba: ¡Asesino! ¡Asesino!
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