La conexión a Internet se convirtió en algo fundamental en cualquier hogar, por lo que los repetidores WiFi son una buena solución para ampliar una red inalámbrica, pero para obtener los mejores resultados hay que tener en cuenta una serie de factores.
Un factor crítico para la velocidad y la estabilidad inalámbrica de esta extensión WiFi es la calidad de la conexión entre el router y el repetidor.
Esto significa que el mejor posicionamiento posible es realmente importante para ampliar de forma óptima la conexión.
Una conexión de WiFi perfecta
A la hora de elegir una posición para el repetidor el usuario debe tener en cuenta que la ubicación más cercana no es automáticamente la mejor.
Por ejemplo, en una casa en la que el despacho está lejos del router, colocar el repetidor en esa estancia sólo puede hacer que «si finalmente recibe una señal débil, lo que reenvíe sea también una señal débil».
En este ejemplo, la conexión débil entre el router y el repetidor reduciría la conexión en línea. El repetidor apenas tendría efecto.
Por ello, lo que recomiendan los expertos es colocar el repetidor «más o menos a mitad de camino entre el router y los dispositivos que van a utilizar WiFi».
Además, de ser posible, el repetidor debe estar situado en el centro de la estancia o el pasillo, y no escondido, por ejemplo, en una esquina de la habitación.
Las paredes y los muebles disminuyen la capacidad de transmisión y, por tanto, debilitan la señal WiFi.
El hecho de que las paredes y los techos ralentizan la conexión WiFi probablemente no sea una sorpresa para la mayoría de la gente, pero los objetos cotidianos se encuentran también entre los enemigos naturales de las conexiones WiFi estables.
Así, los microondas o los accesorios informáticos inalámbricos pueden interferir con el WiFi debido a las ondas de radio.
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