Alberto estaba madrugada tras madrugada aprovechando de adelantar la tesis, cuando los extraños pasos en la madrugada lo hicieron calmar el escribir en la computadora. Eran las 3:36 minutos de la madrugada cuando escuchó los pasos.
El estudiante de Contaduría, tragó grueso en su cuarto, ya que eran unos pasos con zapatos de suela. Lo más escalofriante era que su mamá estaba durmiendo en otra de las habitaciones y cuando se paraba para ir al baño lo hacía en pantuflas.
Tuvo miedo de pararse de la silla e ir a la puerta y abrir… ¿y si es alguien que entró? Se preguntó a sí mismo. Los pasos eran seguros, como de alguien que vivía en la casa. Mientras los segundos seguían pasando.
Cuando estaba por salir vuelve a escuchar nuevamente los pasos, los cuales iban o a la cocina o al baño. Habían pasado cinco minutos en la indecisión de salir o quedarse en el cuarto. O ver quien estaba en el lugar.
Los extraños pasos en la madrugada
Abrió la puerta del cuarto, para acercarse al interruptor de la sala, encenderlo y ver que la soledad reinaba en la casa. Su mamá tampoco se había levantado… “Qué extraño esto de verdad”.
“Escucho los pasos y ahora no hay nadie”, va a la cocina, enciende la luz y nada. Se regresa nuevamente al cuarto y comienza a leer la tesis cuando nuevamente escucha los pasos en el pasillo del apartamento.
¿Y ahora qué?… se asoma por el ojo mágico de la puerta para encontrarse el pasillo con calma. No había nadie en el mismo… “pero y que es esto, Señor”, decía… aquella noche sigue siendo para Alberto una incógnita.
Sobre los pasos extraños… luego en conversaciones se enteró que mucha gente en ese conocido edificio escucha pasos en la madrugada. Tanto dentro como fuera de los apartamentos que hay.
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