Tras analizar 355 matrimonios a lo largo de 16 años desde sus etapas iniciales, especialistas de la Universidad de Michigan en Estados Unidos estableció que la presión que experimentan las mujeres es el mejor indicador del final de una relación.
De acuerdo con la investigación, citada por Daily Mail, es dos veces más probable que las esposas soliciten el divorcio a que lo hagan sus maridos. Los científicos encontraron que hay más probabilidades de que a la hora de casarse las mujeres experimenten niveles más altos de tensión, mientras que la tensión entre los hombres parece ser baja al principio pero incrementarse con el tiempo.
No obstante, el estudio señala que en algunos casos la tensión de los esposos permanece baja, mientras que las esposas continúan acumulándola, y que ese escenario en particular es una señal de inminente divorcio.
De acuerdo con la investigadora Kira Birditt, “la asociación con el divorcio fue mayor si los hombres reportaban bajos niveles de tensión y las mujeres informaban de una mayor acumulación de tensión”.
El mismo informe de Kira Birditt señaló que cerca del 40 % de los matrimonios analizados en el estudio terminó en divorcio, “eso podría reflejar una falta de inversión en la relación por parte del marido: él podría creer que es innecesario cambiar o ajustar su comportamiento”.
Con información de Últimas Noticias