El magistrado Teori Zavascki, de 68 años, que lideraba las investigaciones en el Tribunal Supremo brasileño del monumental caso Petrobras, murió este jueves al caerse el avión en el que viajaba al mar de Paraty, en Rio de Janeiro.
Su hijo Francisco Prehn Zavascki, quien ha anunciado el fallecimiento en su propio Facebook, minutos después de confirmar también por la red social que su padre estaba en el vehículo accidentado. La Fuerza Aérea Brasileña ha añadido que el avión pertenece al hotel Emiliano, un lujoso complejo con sedes en São Paulo y Río de Janeiro. Al igual que el resto de magistrados, Zavaski estaba disfrutando de sus vacaciones estivales pero había decidido interrumpir el asueto para trabajar en el proyecto de mayor envergadura a su cargo: el caso Petrobras.
Él era el instructor de la macrooperación que lleva dos años destapando centenares de casos de desvío de fondos públicos y sobornos entre la clase política. Entre ellos se encontraban aquellos políticos que gozan de aforamiento y solo pueden ser investigados por el Tribunal Supremo. De ahí que todos los ojos políticos del país siguieran siempre tan de cerca los pasos de este magistrado. También tenía el poder de homologar las llamadas «Acusaciones del fin del mundo»: las decenas de confesiones recientes de ejecutivos de la empresa Odebretch, en las que han descrito con detalle cómo sobornaban a la clase política y qué favores obtenían a cambio.
Se esperaba que Teori Zavascki decidiese en febrero si daba por buenas estas confesiones que implicaban a centenares de políticos, incluido los núcleos duros del gobierno actual, de Michel Temer, y del anterior, de Dilma Rousseff.
Viudo desde 2013, Zavaski deja tres hijos. Uno de ellos, Francisco, había denunciado, en mayo de 2016 y en Facebook, que la familia recibía amenazas por la actividad profesional de su padre (ninguna sobre la integridad física del magistrado). «Es obvio que hay movimientos de tipos muy variados para frenar el caso Petrobras», escribió entonces.
Con información de El País