Omaira Silva Alvarado todavía le cuesta creer que su hijo esté muerto. Contó que una extraña y repentina enfermedad con síntomas de fiebre alta y dolores musculares, le inició hace dos semanas en su casa ubicada en el estado Cojedes, de donde son oriundos.
Ante la deficiente atención que recibieron en esa entidad, decidió trasladarlo hasta la Ciudad Hospitalaria «Dr. Enrique Tejera» (CHET) de Valencia, donde asegura que se infectó de la influenza H1N1 y murió siete días después.
Narró que durante la celebración del Día del Padre, el domingo 16 de junio, Jorge Enrique Silva Alvarado fue trasladado de emergencia hasta el hospital de San Carlos «Egor Nucete», porque presentaba un fuerte dolor de cabeza. Horas más tarde su salud se fue deteriorando con rapidez y el resultado de una radiografía de tórax reflejó una desesperante noticia: «el joven presenta un filtrado pulmonar espantoso…su hijo tiene los pulmones destruidos», dijo el radiólogo.
Ante el informe médico y la exigencia de una unidad de cuidados intensivos que requerían de urgencia para tratar la enfermedad de Jorge y que, además no había en la región, a su madre le quedó una sola alternativa: trasladarlo hasta la Chet, lugar donde la admisión del paciente fue renuente por parte de quienes estaban de guardia. «Me pusieron mil peros: que no había cama, ni colchones, ni oxígeno…pero apareció una doctora y me lo quitó de las manos».
La licenciada en enfermería recuerda claramente ese momento, pues fue la última vez que pudo observar con vida al hombre de 28 años. «Se lo llevaron a un cuarto, me lo entubaron y perdía contacto físico con él».
Fallas mecánicas y la influenza que aparentemente le produjo la muerte
Omaira Silva también tiene una maestría en servicios de salud y capacitación en epidemiología, cursada en 1987 en la Escuela de Salud Pública de Caracas. Relató que el viernes 21 fue trasladado hasta la Unidad de Cuidados Intensivos, debido a que el ventilador de la habitación donde estaba, habría comenzado a presentar fallas mecánicas.
Considera que fue una de las peores decisiones, pues en esa zona de la ciudad hospitalaria desmejoró «terriblemente». «El domingo le dio un paro respiratorio y el lunes a las 10:00 de la mañana entró en un paro irreversible». Al joven le diagnosticaron una neumonía con múltiples focos.
Señaló que el diagnóstico de la influenza H1N1 lo confirmó el Instituto de Higiene y la Dirección Estadal de Salud en Cojedes, este jueves 27 de junio.
Más de 20 mil bolívares en siete días
La falta de insumos parece ser un tema de nunca acabar en la Chet. La madre de Jorge Silva tampoco pudo escapar del gasto excesivo que deben invertir familiares de pacientes de ese lugar. «Gasté más de 20 mil bolívares en medicinas, electrolitos sericos, exámenes de laboratorio por falta de reactivos para PT y PTT…allá no tienen ni para una hematología completa».
Los laboratorios privados se aprovechan de la necesidad del que no tiene para hacer mucho dinero porque los exámenes son extremadamente costosos, como la prueba de gases arteriales que la cobran en más de 200 bolívares. Yo tenía que hacérsela a mi hijo cada cuatro horas».
Un publicista con ansias de superación
Jorge Enrique Silva Alvarado era un publicista dedicado a la venta de avisos y vallas publicitarias en Cojedes y Lara. Estaba casado y deja dos hijos, uno de cinco años y otro de tres meses de nacido. «No es porque haya sido mi hijo, pero era un hombre responsable, bueno y sano», expresó la señora Omaira, quien también es facilitadora en la Misión Sucre.
«Yo sé que con esto mi hijo no va a revivir, pero estoy segura que mi caso removerá sentimientos de terceros y otras se podrán salvar si toman personas revisiones…por lo menos eso espero».
Redacción: Kervin García Mannillo / Noticias24 Carabobo