Como lo hizo Jesucristo el Jueves Santo a sus discípulos, el papa Francisco lavó los pies a doce reclusos en una cárcel próxima a Roma y les animó a ayudar a sus compañeros de celda si así lo necesitan porque, apuntó, eso también es “amar”.
El pontífice explicó que el lavado de pies no es “folclore” sino una tarea que los esclavos realizaban antiguamente cuando llegaba alguien a casa para limpiar el polvo de sus zapatos, pero que Jesús lo hizo con la voluntad de “sembrar amor”.
El papa animó a los reclusos a que cumplan con ese “símbolo” y que ayuden a sus compañeros de la cárcel si necesitan algún tipo de asistencia.
Con información de Noticias 24